La cadena de valor alimentaria, en su conjunto, representa el 10,7% del PIB vasco y abarca al 24% del total de establecimientos de Euskadi. Además, aglutina el 14% del empleo, con cerca de 140.000 empleos directos en la CAV. Desde Basque Food Cluster, su director, Jon Ander Egaña, analiza los principales retos a los que se enfrentan las empresas de la cadena alimentaria en nuestro territorio y vaticina cómo será la alimentación en un futuro próximo. “El modelo alimentario se encamina hacia una alimentación más personalizada en función de las necesidades de cada individuo. Ganarán espacio los productos de calidad, de cercanía, reconocidos como saludables y sostenibles en todo su ciclo de vida”, apunta.

Desde su Observatorio Estratégico analizan el sector de la alimentación en Euskadi. ¿Cuáles son los principales retos a los que se enfrentan las empresas de la cadena alimentaria en nuestro territorio?

-A corto plazo, el gran reto es recuperar los márgenes empresariales que se han ido reduciendo al no poder trasladar al PVC los incrementos de costes como el encarecimiento de las materias primas, etc. Más a medio plazo está el reto de la sostenibilidad y la adaptación a nuevas normativas como el Real Decreto de Envases y Residuos de Envases o la Ley de Prevención de las Pérdidas y el Desperdicio Alimentario. No se trata solo de obligaciones legales, sino de dar respuesta a las necesidades del consumidor, que está apostando por un consumo más responsable y sostenible. 

“La adaptación a las nuevas exigencias medioambientales exige un coste y un trabajo administrativo importante para las empresas”

No obstante, según un estudio que realizamos sobre hábitos de compra y consumo, los compradores sólo están dispuestos a pagar hasta un 5% más por este tipo de productos. Adaptarse a esas nuevas demandas y continuar siendo competitivas es un reto enorme para las empresas. Y a medio-largo plazo no podemos olvidar el desafío del relevo generacional, así como el de hacer que el sector sea más atractivo para el talento. 

Precisamente uno de los problemas a los que se enfrentan es a la dificultad de encontrar profesionales para poder llevar a cabo el inminente relevo generacional. ¿Cómo pueden fomentarlo? 

-La atracción, desarrollo y fidelización del talento es uno de nuestros objetivos estratégicos. Trabajamos en una doble vertiente: escuchando a las empresas para entender muy bien sus necesidades en cuanto a los perfiles a reclutar, y de cara a los empleados para conocer sus aspiraciones y adaptarnos a ellas. No se trata solo de ofrecer un buen salario, que también, sino de potenciar aspectos como la conciliación y la flexibilidad, porque son demandas claras de las generaciones que se incorporan al mercado laboral y traen consigo nuevos valores. Acometer el relevo generacional será uno de los mayores desafíos en la próxima década, ya que, según el estudio resultante de nuestro proyecto Italent Food, uno de cada cuatro trabajadores del sector alimentario vasco alcanzará la edad de jubilación en los próximos diez años. 

Asimismo, colaboramos junto a Hazi Fundazioa en el despliegue del programa de ayudas del Gobierno vasco para cualificar a las personas llamadas a ocupar puestos de dirección de las pymes, y ayudamos a la profesionalización del sector a través del Programa Avanzado de Dirección de Empresas Agroalimentarias (PADEA) que hemos puesto en marcha con la colaboración de Hazi Fundazioa, Cámara Bilbao y la escuela de negocios ESIC. También trabajamos en diversos proyectos de empleo y formación de la mano de las administraciones, y somos agencia de colocación de Lanbide. 

Mesa redonda celebrada con motivo del Cluster Eguna 2023. Roberto-Fdz.-Casas

¿Cuáles son las principales fortalezas y debilidades del sector?

-Es un sector estable, no tan sujeto como otros a las evoluciones de la economía. Cabe destacar la cohesión del ecosistema alimentario vasco que hemos ayudado a establecer, dando como resultado una cadena de valor más integrada, con una red importante de centros tecnológicos y de conocimiento, y apoyada por las administraciones. Todo ello, sin olvidar nuestro característico saber hacer, la reconocida calidad de nuestros productos y su vinculación con la cultura gastronómica. 

Como principales puntos de mejora, debemos potenciar la orientación hacia el mercado y cubrir las necesidades del consumidor, así como la internacionalización y la capacidad de competir por el talento con otros sectores que históricamente han tenido mejores condiciones. 

¿Y a qué amenazas y oportunidades deben responder? 

-La adaptación a esas nuevas exigencias medioambientales no supone tanto una amenaza, pero exige un coste y un trabajo administrativo importante para las empresas. Por otro lado, no tenemos en nuestras manos el acceso a determinadas materias primas, sino que dependemos mucho de las fluctuaciones del mercado, como se ha visto en el último año. Son cuestiones que no podemos controlar, pero inciden en el sector. La gran oportunidad reside en contar con un ecosistema alimentario que facilita la cooperación entre todos los eslabones de la cadena de valor para afrontar estos retos de manera conjunta. Tenemos todas las herramientas necesarias para abordar los desafíos del futuro desde la colaboración empresarial y la innovación. 

Hablando de exportaciones, ¿podemos ser líderes en exportación alimentaria? ¿Qué es lo que más demanda el mercado internacional procedente de Euskadi? 

-Los productos que más se venden fuera son el vino de la Rioja Alavesa y las conservas de pescado. Hoy por hoy, la exportación tiene mucho camino por recorrer en nuestro sector, tenemos margen de mejora. Precisamente, estamos elaborando una radiografía de la situación exportadora de las empresas para definir cómo les podemos ayudar, en coordinación con agentes como Basque Trade o Hazi Fundazioa. 

“Lo que deben tener claro las empresas es que, para competir en los mercados internacionales, se necesita mucho trabajo previo”

Lo que deben tener claro las empresas es que, para competir en los mercados internacionales, se necesita mucho trabajo previo. Hay que definir una estrategia y dedicar el tiempo y los recursos necesarios para desarrollarla, tener muy clara tu ventaja competitiva y saber argumentarla, adaptarse a los gustos y hábitos del país de destino, etc. Si sales a jugar la Champions League vas a competir con los mejores, tienes que ir preparado al máximo.  

La sostenibilidad es otra de las claves del desarrollo futuro en todos los sectores. ¿Cómo se está adaptando el sector alimentario en Euskadi a este ODS? 

-La sostenibilidad abarca un sinfín de aspectos. Entre los principales retos que abordan las empresas está la reducción y valorización del despilfarro que generan. Porque muchos de los residuos que antes simplemente se desechaban, pueden tener un valor muy importante para otros sectores o eslabones de la cadena de valor (por ejemplo, para alimentación animal, elaboración de abonos y harinas, etc.). 

Otro gran desafío es el ecodiseño de envases y embalajes, donde se buscan materiales y sistemas de conservación que garanticen la seguridad alimentaria al tiempo que responden a las nuevas exigencias. El desarrollo de etiquetados ambientales para la comunicación veraz al consumidor, o la adopción de prácticas agrícolas y pesqueras más sostenibles gracias a la incorporación de nuevas tecnologías y avances científicos son otros de los principales ámbitos que exploran las empresas.