Quizás las consecuencias de la crisis sanitaria no se han dejado sentir tanto en la construcción como en otros sectores, a tenor de algunos datos consultados. Sin embargo, sí lo han hecho la inflación posterior, los costes de la energía, la carestía de ciertos materiales y la subida de los tipos de interés, que han ralentizado la actividad constructora de obra nueva y la edificación civil, restando dinamismo al sector.

De hecho, los datos de Eustat, el instituto estadístico de Euskadi, muestran que a lo largo del año 2022, el sector de la construcción creció un 2 % frente al 4,5 % registrado el año anterior. A pesar de ello, ni la CAV ni Navarra han querido desviarse de la senda iniciada, aquella que lleva hacia un sector más innovador, digitalizado y, especialmente, respetuoso con el medioambiente. Sobre estos acuciantes retos se asientan, además, las esperanzas de sus profesionales, que durante los próximos meses tendrán que seguir haciendo frente a las fluctuaciones de los costes (casi un 13 % más caros a finales de 2022 que un año antes) y al endurecimiento de las condiciones del mercado hipotecario. 

Respecto a éste último, sus consecuencias no se han dejado sentir hasta finales del pasado año. Si atendemos al número de hipotecas formalizadas, observamos que aumentaron un 11,2 % en 2022 y el importe medio solicitado fue de 160.310 euros. Sin embargo, ya en el cuarto trimestre del año, se manifestó cierta desaceleración de la actividad hipotecaria, fruto de las últimas decisiones tomadas por el Banco Central Europeo (BCE) en política monetaria. Aun con todo, la previsión es de crecimiento. 

De hecho, los datos de Eustat muestran que a lo largo del año 2022, el sector de la construcción creció un 2 % frente al 4,5 % registrado el año anterior.

Algunos datos alentadores

El último informe publicado por el clúster de la construcción en Euskadi, Eraikune, presentaba algunas cifras para medir la magnitud de la aportación del sector a la economía vasca, que supone cerca de un 6 % del PIB si tenemos en cuenta las inversiones directas y un 11,8 % si englobamos las indirectas. Es decir, el sector de la construcción, al que habría que sumar los de fabricación, diseño y promoción, contribuye de manera importante a la recuperación y el crecimiento económico del territorio.

El sector de la construcción supone un 6 % del PIB vasco y contribuye a la recuperación económica

La empleabilidad sigue siendo alta también con un 6,2 % del total de puestos ocupados de la CAV, un 11,8% si tenemos en cuenta los indirectos, según Eraikunde, y parece ascender. El pasado mes de noviembre, el número de afiliados a la Seguridad Social en este sector registró un total de 58.557 personas trabajadoras, lo que supone un incremento interanual del 1,5 %. En Navarra, la variación de afiliados también es positiva, con 18.032 personas trabajadoras, un 2,4 % más que el año anterior. En la comunidad foral, la construcción supuso en 2022 el 10,3% del PIB del territorio.

En la comunidad foral, la construcción supuso en 2022 el 10,3% del PIB del territorio.

En cuanto al grueso de empresas aglutinadas bajo el paraguas de la construcción, también parece ascender en número tanto en Euskadi como en Navarra. En ésta última lo hizo en un 0,3 %. El total de empresas del sector inscritas, 1.591, suponen un 9 % del total. En la CAV, esta cifra es de 5.115, un 8,9% de todas las empresas del territorio vasco, lo que supone un 1,3 % más respecto al año anterior, según datos del Ministerio de Inclusión, Seguridad Social y Migraciones.