Eduardo Jauregi (Irisbond): “A todas las compañías se les exigirá un impacto social de su actividad”
Irisbond nació con la vocación de tener un beneficio en la población que ha sido reconocida
Irisbond es una empresa de Donostia que nació en 2013 con el impacto social en su ADN. Su actividad principal se centra en posibilitar la comunicación a las personas que por problemas físicos no pueden interactuar. Su innovadora propuesta, que se basa en proporcionar tecnología para que este colectivo emplee sus ojos para utilizar, a modo de ratón, un ordenador y estar en permanente conexión con las personas de su alrededor. Su fundador y director general, Eduardo Jauregi, lo resume en “dar voz a personas que tienen dificultades” para comunicarse.
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Jauregi recuerda que en sus inicios, como una startup que surge del centro tecnológico Vicomtech, el equipo analizó las potencialidades que tenía una tecnología muy ligada a la Inteligencia Artificial y la Visión Computacional y comprobaron que sus aplicaciones ayudaban a múltiples sectores como la defensa, el neuromarketing o la conducción autónoma. Sin embargo, repararon en que “una muy directa era la comunicación alternativa”, explica su fundador.
Competitividad y contribución social
Apostaron por esta opción, cuyo impacto social es muy evidente, por los beneficios que podía aportar a colectivos más vulnerables pero, como cualquier otro negocio que busca crecer, también porque “no había mucha competencia en el mundo”. Jauregi añade que se trataba de un reto para estos profesionales, puesto que “es el caso de uso más exigente” al requerir el diseño de un sistema tecnológico “muy robusto y fiable” dada la dificultad de proporcionar una comunicación de calidad a colectivos con discapacidades.
La buena acogida ha sido generalizada con rondas de capital en las que ha captado 2,5 millones de euros y reconocimientos tanto en casa, por parte de la patronal guipuzcoana Adegi, como en el ámbito internacional, con su colaboración con el Instituto de Tecnología de Massachusetts (MIT), entre otras iniciativas.
Eduardo Jauregi considera que el impacto social es un activo muy valioso en las empresas. La rentabilidad y la competitividad son, en su opinión, factores indispensables en una compañía, pero “en este mundo el impacto social se lo van a exigir a todas las empresas”, además de que sean sostenibles, en su opinión.
Talento
El fundador de Irisbond no considera una obligación este carácter social, sino por el contrario piensa que es una herramienta muy útil para atraer y retener talento joven que, en el caso de esta firma, es fundamental. Su actividad tecnológicamente muy avanzada exige la contratación de perfiles altamente cualificados que, en muchas ocasiones, corresponde a personas jóvenes cuyos valores no coinciden con los de generaciones anteriores.
“Nuestro proyecto es un activo y así lo entienden”, considera, para añadir que estos jóvenes talentos anteponen el carácter social de la iniciativa a otros aspectos más cuantitativos que, por otra parte, también tienen su peso. Por este motivo, Jauregi cree que disponer de indicadores que permitan medir el impacto social de una empresa son una herramienta muy útil.
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“La rentabilidad y los resultados son indicadores necesarios, pero los de impacto social serán cada vez más tenidos en cuenta por inversores y empresas”, advierte. En su caso, ya trabajan en la elaboración de un plan que pueda reflejar su aportación a la sociedad.