La incertidumbre económica global no amilana al empresariado vasco, que mantiene su tono positivo con respecto al año que acaba de comenzar. Tan sólo tres de cada diez negocios de Euskadi cree que su cifra de negocio decrecerá, mientras que la mayoría, algo más de la mitad, piensa que su actividad crecerá durante 2025 y el resto apuesta por un mantenimiento.

Un estudio realizado por Isea, LKS Next y Mondragon Unibertsitatea y el Centro de Investigación en Gestión del Grupo Mondragon MIK presenta un panorama positivo del tejido empresarial vasco basado en las respuestas que ha recibido sobre todo de miembros de los consejos de dirección, junto con un porcentaje menor de mandos intermedios y técnicos. 

Posturas positivas

Las dudas que generan las economías ralentizadas de Alemania y Francia o la futura política económica de Donald Trump no se traduce en una expansión del pesimismo, sino todo lo contrario. Una nota a destacar es que el porcentaje de quienes consideran que su negocio retrocederá es de un 3,4%, cuando el año anterior ascendía a casi nueve puntos porcentuales.

Los resultados dados a conocer ayer apuntan a que las intenciones de realizar inversiones durante el presente ejercicio son mayoritarias, dado que tres de cada diez negocios así lo prevé, una cantidad levemente inferior a la registrada el año anterior que se ve mejorada por un aumento de los empresarios que confían en mantener las ya realizadas. 

En consecuencia, el empleo se asegura. Se reduce en dos puntos el porcentaje de empresas que se plantea reducir la plantilla, un 6,8% de las consultadas, y crece quienes confían en mantenerla o incrementarla, siempre y cuando encuentren el personal cualificado que necesitan, que para la mitad de los negocios sigue siendo un problema, al igual que sucedía un año anterior.

Las empresas vascas tienen previsto realizar inversiones este año. Arnaitz Rubio

Obstáculos

Sin embargo, hay otros obstáculos por delante de la escasez de talento entre los que destaca, desde una perspectiva externa a la propio organización empresarial, la demanda incierta del mercado, el incremento de los costes laborales y el de los precios de las materias primas y de la energía, en las tres primeras posiciones. Esta última dificultad, sin embargo, experimenta un brusco bajón con respecto a la encuesta anterior, al pasar de un 46% a un 25% de los consultados.

Entre los factores internos que pueden representar una piedra en el camino las personas encuestadas consideran que el principal es la presión para generar resultados a corto plazo y la falta de capacidad financiera, aspecto este último que comienza resolverse. Aumenta la preocupación ante la falta de relevo generacional y los problemas para lograr resultados de las actividades centradas en la I+D, pero disminuye la relativa a la combinación del día a día de una empresa con el desarrollo de nuevos productos, servicios o proyectos.

Sondeo

Según indicaron ayer los responsables del estudio, la encuesta se ha realizado en los sectores de la industria, servicios y distribución, y sobre todo en negocios con plantillas inferiores a las 100 personas.