Fráncfort – Una subida de los tipos de interés del Consejo de Gobierno del Banco Central Europeo (BCE) parece “bastante improbable”, después de que el dato preliminar de inflación de noviembre para la eurozona se moderase más de lo esperado, bajando al 2,4%, su lectura más baja desde julio de 2021, según reconoció ayer la ejecutiva alemana del instituto emisor, Isabel Schnabel.

“Las cifras de inflación más recientes han hecho que un nuevo aumento de tipos sea bastante improbable”, asegura la alemana en una entrevista con Reuters, donde reconoce que el dato flash de inflación en noviembre “fue una sorpresa muy agradable”, aunque prefiere mostrarse cauta ante posibles movimientos a la baja del precio del dinero, a pesar de las crecientes apuestas del mercado respecto de un giro en la política monetaria el próximo año.

En este sentido, para Schnabel, aparte del frenazo de la subida de los precios en general al 2,4%, lo más importante es que la inflación subyacente, que ha demostrado ser más persistente, ahora también está cayendo más rápidamente de lo esperado, con una lectura del 3,6% en noviembre desde el 4,2% de octubre. “La evolución de la inflación ha sido alentadora”, dijo.

Esperan un repunte

En cualquier caso, a pesar de estos acontecimientos positivos, Schnabel advierte de que no debe declararse prematuramente la victoria sobre la inflación, ya que el BCE sigue esperando un repunte de la tasa de inflación en los próximos meses cuando se produzca una reversión de algunas medidas fiscales y de algunos efectos de base, sin que pueda excluirse un nuevo aumento de los precios de la energía o los alimentos. “Nuestra política monetaria está funcionando”, presume la ejecutiva del BCE, para quien la política restrictiva aplicada está contribuyendo a frenar el crecimiento de la demanda agregada y la tarea del banco central ahora es garantizar que el proceso desinflacionario continúe hacia el objetivo del 2%.

De este modo, según las proyecciones de la entidad, el nivel actual de restricción es suficiente para que la inflación vuelva al objetivo dentro del plazo previsto, a más tardar en 2025, ya que el crecimiento del crédito se está desacelerando, la economía se está debilitando y las presiones inflacionarias están disminuyendo. “Estamos en el buen camino”, resume. En este sentido, Schnabel reconoce que el crecimiento económico ha sido débil en los últimos trimestres y se espera que siga siendo débil este trimestre antes de recuperarse gradualmente el próximo año.