Una estrategia que contemple la posición económica de Euskadi, pero al mismo tiempo conjugue su desarrollo con el bienestar social. Es la clave de bóveda de la planificación del EVE (Ente Vasco de la Energía), cuyo director general, Iñigo Ansola, abogó por un futuro en el que las energías renovables desarrolladas en la CAV constituyan el punto central del abastecimiento.

“Debemos avanzar hacia la sostenibilidad medioambiental sin poner en riesgo la competitividad industrial y sin dar la espalda a la sociedad”, resumió Ansola, que recordó asimismo que “hay mucho en juego”. “La Euskadi del futuro se construirá sobre las energías renovables”, proclamó el director del EVE, que cumple el mes que viene 41 años de existencia.

“Debemos avanzar hacia la sostenibilidad medioambiental sin poner en riesgo la competitividad industrial y sin dar la espalda a la sociedad”

Iñigo Ansola - Director general del EVE

Objetivos

En este sentido, Ansola puso de manifiesto que, en términos generales, los objetivos iniciales del EVE siguen vigentes: “ahorro y eficiencia energética, descarbonización y energías renovables”. Como ejemplo de los avances, Ansola señaló, que en comparación con la década de los 80, se han logrado reducir en un 27% los consumos de gas natural, así como en un 9,1% los de combustibles fósiles. Además, el carbón ha desaparecido del mix energético empleado en Euskadi. “Son datos que deben animarnos de cara a la implementación de la actual estrategia, que está alineada con los objetivos de la hoja de ruta de la Unión Europea a medio plazo”. 

"Se necesita un amplio consenso político y social en materia de transición energética, pero el objetivo colectivo debe estar por delante de los intereses particulares”

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A este respecto, Ansola indicó que el “ambicioso” propósito es que las renovables supongan el casi una cuarta parte del consumo energético en el año 2030. Las instalaciones fotovoltaicas y eólicas son las fuentes de energía renovable en las que se centrará la estrategia vasca, sin olvidar la aportación del hidrógeno. “El futuro debe pasar por ahí“, dijo el director del EVE, que llamó a conjugar los intereses económicos con los beneficios sociales. “La sociedad estará en el centro de las decisiones y la ciudadanía será la que determine el futuro energético que quiera. Se necesita un amplio consenso político y social en materia de transición energética, pero el objetivo colectivo debe estar por delante de los intereses particulares”, advirtió.