El precio de los alimentos continúa desbocado. Después de cuatro meses de desaceleración, en julio se produjo un nuevo ascenso. Bajando al detalle, se comprueba el alcance en determinadas partidas. Productos como el azúcar, la leche y las frutas han experimentado incrementos severos. Pero, sin duda, lo que más está sacudiendo la cesta de la compra de muchos hogares es el precio del aceite de oliva, que ha crecido casi un 40% en el último año.

¿Qué está ocurriendo para que, como subraya la OCU el precio medio de litro a la venta en comercios y cadenas de distribución ronde ya los 9,5 euros? Jorge Martínez, director técnico de la Asociación Para la Promoción del Olivo y del Aceite de Rioja Alavesa (Aprora), explica que la principal causa es la sequía que está azotando a todos los cultivos. “La falta de aceituna se está prolongando, con una caída en la producción del 50%, y esta es la segunda campaña en que no puede cubrir la demanda”, indica este experto. La ausencia general de lluvias en toda la península está castigando al sector primario, que además debe afrontar unos gastos energéticos que está reduciendo “al mínimo” los beneficios de los productores. “No hay fruto suficiente, pero la recolección sigue costando lo mismo o más. Los costes de energía han subido muchísimo. La subida de precios que se está generando es escandalosa y va a perjudicar mucho al sector, porque muchos consumidores se van a pasar a otros aceites y luego cuesta recuperarlos”, añade Martínez. En efecto, las ventas de otras variedades de aceite, como el de maíz o el de girasol -más económicas, aunque con menos propiedades nutritivas, según los expertos-, han crecido en el último año.

No obstante, la OCU también ha denunciado la “fuerte especulación” que, en opinión de la organización, se da en el mercado, puesto que “el aceite de oliva que ahora mismo está en los lineales de los supermercados a disposición de los consumidores se compró a los productores a unos precios mucho menores de los que ahora hay en los mercados mayoristas”. Según un informe publicado esta semana por la propia OCU, el aceite ha disparado su precio en el último mes y medio con una subida del 15,4%, “lo que ha llevado el precio medio de los 8,16 euros a los 9,42 euros y que en el caso de alguna marca se sitúa ya por encima de los 12 euros”.

Para el director técnico de Aprora, la “carestía” de fruto y la “fuerte” demanda de aceite van a seguir encareciendo los precios de venta. “Hay quien cree que podría llegar hasta los 15 euros el litro”, subraya. Martínez pone como ejemplo la subida en la garrafa de cinco litros, que hace tres años costaba de media unos 25 euros y ahora ronda una horquilla de entre los 45 y 50. La comunidad de Aprora está compuesta por por olivicultores, trujales y marcas asociadas que difunden la actividad del sector y los beneficios alimentarios del cultivo del olivar. Pese a que Euskadi no ha afrontado una sequía como la que ha afrontado a las grandes superficies olivareras de Andalucía, lo cierto es que la falta de lluvias también ha afectado a la producción de las tres almazaras de la Rioja Alavesa. Así, de una cantidad ordinaria de 800.000 kilos de aceitunas se ha pasado a los 400.000 del año pasado, con un pernicioso añadido. “El descenso en la producción de aceite alcanza hasta el 60%, porque con la ausencia de lluvias la aceituna no genera el mismo aceite”, indica Jorge Martínez, que destaca que, en el plano vasco, los actuales problemas pueden representar una “oportunidad” para estudiar si los cultivos de olivar pueden ampliarse a otras zonas más húmedas, como ya se ha hecho en Bergara y Amurrio. “En Burdeos se van a sustituir algunos terrenos de viñedos por olivares”, remarca.

A nivel general, las previsiones para esta próxima campaña tampoco son alentadoras. Según el último informe de la Comisión Europea, se producirán 1.385.000 toneladas, lo que supone casi un 40% menos que el año anterior. El país que sale más afectado es España, cuya situación es grave, ya que en menos de un año la producción aceitera se ha reducido más de un 50%, al pasar de 1.491.000 a 663.000 toneladas. 

Pese a todo, el ministro de Agricultura en funciones, Luis Planas, espera que la próxima campaña de aceite de oliva sea “superior” a la actual, pendiente de las próximas semanas ante las lluvias, junto al ‘stock’ de la campaña anterior y “alguna importación que habrá que hacer de países terceros”, y con ello se garantice el abastecimiento. Planas abogó esta semana por “ver cuál es la producción”, precisando que “se hará el aforo a final de septiembre o principios de octubre”. A su juicio, “han venido dos campañas que han sido muy cortas, que es lo que ha hecho subir los precios, tanto a pie de campo, como para el consumidor”. Así, mantuvo que “lo razonable sería tener un precio que consiga retribuir justamente al olivarero y también a la industria, pero que fuera asequible para las familias”.