La Comisión Europea dio ayer el primer paso para imponer un tope flexible del precio en las compras de gas natural como respuesta a los desorbitados precios de la energía por la guerra rusa en Ucrania, aunque todavía está sujeto al visto bueno de las capitales.

La medida será evaluada por los líderes esta semana y posteriormente por los ministros de Energía en reuniones posteriores y, si los Veintisiete dan luz verde, los servicios comunitarios pulirían los detalles técnicos de la iniciativa

“Esto supondrá un alivio para los precios negociados en la UE y es algo que podrá ser efectivo de forma inmediata en cuanto hayamos desarrollado nuestras propuestas”, expresó en una rueda de prensa la jefa del Ejecutivo comunitario, Ursula von der Leyen, acompañada de la comisaria de Energía, Kadri Simson, quien aseguró que su departamento podría tener “rápido” un proyecto legislativo.

En concreto, establecería un “límite dinámico del precio” temporal para las transacciones en el mercado TTF Dutch, de forma que estarían prohibidas aquellas que superen el techo fijado, que será flexible.

Su vigencia finalizaría en primavera, cuando se pueda poner en marcha un índice de referencia alterativo al TTF, que está vinculado estrechamente a la cotización del gas por gasoducto y que no recoge adecuadamente el precio de los envíos de gas natural licuado (GNL).

Aunque Bruselas se mostraba recientemente dispuesta a desarrollar un mecanismo similar a la excepción ibérica para limitar el precio del gas dentro del mercado de la electricidad en toda la UE, la propuesta de normativa presentada ayer no incluye ninguna iniciativa en esta dirección.

Von der Leyen explicó que se trata de una medida que “merece la pena considerar”, pero también apuntó que genera una serie de dudas que es necesario “resolver” antes de dar el paso de plantear un proyecto de normativa.