Donostia A– Euskadi volvió el pasado año a la senda del crecimiento en emprendimiento empresarial tras dos ejercicios a la baja y se situó en niveles similares, incluso en algunos casos superiores, a los países y regiones más avanzadas como en el caso de Alemania. Sin embargo, cambia el motivo principal para crear un negocio y, si con anterioridad era haber visto una oportunidad de negocio, en 2021 fue la escasez de trabajo.

Esta conclusión figura en el primer balance del Plan Interinstitucional de Emprendimiento de Euskadi PIE 2024 que ha elaborado el Gobierno Vasco, donde se refleja una reactivación en Euskadi del interés por constituir un negocio propio. En concreto, afirma que un 5,2% de la población vasca se encontraba el año pasado involucrada en la puesta en marcha o en la gestión de un nuevo proyecto empresarial.

Esta tasa dista en pocas décimas del máximo registrado en 2018, cuando alcanzó el 5,8%. La razón, sin embargo, no se debe tanto a un despertar del interés por las oportunidades que ofrece el mercado sino por la necesidad. Según consta en el informe del Gobierno Vasco, siete de cada diez personas emprendedoras lo hacen por “ganarse la vida por la escasez de trabajo”.

De hecho, si hace dos años, en plena crisis económica provocada por la pandemia de coronavirus, el 40% de los vascos que constituyeron un negocio lo hicieron porque veían oportunidades, este porcentaje un año después descendió al 16,5%, una brusca caída que se agrava con las dudas que albergan las personas emprendedoras. Aumenta el miedo al fracaso y el año pasado se situó en el 65,6%.

A pesar de estas connotaciones negativas, la visión general del emprendimiento vasco da lugar al optimismo porque tras dos años de descensos vuelve a recuperar sus tradicionales altos niveles de emprendimiento. La tasa del 5,2% supera al 4,8% de Alemania, iguala al porcentaje registrado en Navarra y se acerca a los 5,8 puntos que alcanza Madrid.

El perfil de quien constituye un nuevo negocio responde a una persona que tiene alrededor de 40 años de edad y un nivel de formación alto o muy alto. El primer balance del PIE 24 destaca, además, un ascenso del colectivo femenino que representa el 47,6% del total de la actividad emprendedora desarrollada durante 2021 cuando un año antes era más de cinco puntos inferior.

Proyectos

La mayoría de las ideas empresariales hacen referencia a un emprendimiento no innovador, ya que casi siete de cada diez proyectos se integran en esta categoría. Aquellas empresas constituidas para ofrecer un producto o servicio innovador, aun y todo, crecen 14 puntos respecto a 2020.

La mitad de los negocios creados emplean entre 0 y 5 personas, con una media de dos personas en plantilla, aunque seis de cada diez confía en poder generar nuevos puestos de trabajo en el siguiente quinquenio. Destaca como un dato positivo que la tasa neta de cierres es prácticamente nula, de un 0,7%.

Como asignatura pendiente, en el lado opuesto se halla la tasa de intraemprendimiento. El informe refleja que tan solo un 0,4% de los nuevos negocios constituidos durante el pasado año nacieron en el seno de una empresa ya en funcionamiento, con un colectivo de trabajadores que, amparados por ella, deciden formar una firma para desarrollar un producto o servicio interno con entidad propia.

En relación a la consideración que tiene la sociedad vasca del emprendimiento, durante el pasado año descendió el número de personas que afirmaba conocer en su entorno a personas que habían decidido crear su propio negocio, del 42% de 2020 al 35% actual. La mitad de la población consultada cree que tiene los conocimientos y habilidades requeridas para emprender aunque, como se comprueba en el informe del PIE 2024, esta capacitación no se corresponde con los niveles de emprendimiento en Euskadi.

Autónomos

Las consecuencias económicas de la pandemia de coronavirus tuvieron un duro efecto en el colectivo de autónomos, que perdieron durante 2020 muchos efectivos. Durante el siguiente año comenzó una mantenida tendencia al alza que logró recuperar el 56% de los empleos autónomos perdidos entre marzo y abril de 2020, y el ejercicio cerró con 169.484 trabajadores por cuenta propia censados.

Las 22.738 nuevas altas registradas en el régimen de autónomos, sin embargo, se mantuvo por debajo de la media observada entre 2017 y 2019, por lo que todavía queda recorrido por realizar para conseguir una recuperación completa de este colectivo laboral.

La reactivación, sin embargo, sí se detecta en la creación de empresas, con un crecimiento el año pasado del 20,5% con respecto al ejercicio anterior, lo que se traduce en la constitución de 3.137 proyectos empresariales. Con todo, el equilibrio entre los nuevos negocios que surgen y aquellos que se ven obligados a echar la persiana no se logra y la balanza se inclina hacia la disminución del tejido empresarial en Euskadi.

El balance del PIE 2024 elaborado por el Gobierno Vasco subraya que el último trimestre del pasado ejercicio fue el más dinámico, lo que puede apuntar a cierta reactivación del emprendimiento que podría consolidarse durante el presente 2022. El año pasado finalizó con 58.145 empresas inscritas en la Seguridad Social, algo más de un punto porcentual por debajo de febrero de 2020, antes de que se declarara la pandemia de coronavirus, pero casi 1.400 negocios más que en abril del mismo año.

La cifra

73,5

millones de euros fue el presupuesto destinado por el Plan Interinstitucional de Emprendimiento del Gobierno Vasco a potenciar la creación de nuevos negocios en Euskadi durante el pasado año, por encima de la cantidad estimada de manera inicial.

pie 2024

l Impulsores. El PIE está gestionado por 14 departamentos del Gobierno Vasco junto con las tres diputaciones forales de la CAV y los ayuntamientos vascos.

l Áreas. Las cuestiones que aborda son la cultura, las infraestructuras, la innovación, la juventud, la sostenibilidad, la asesoría, la economía circular, la digitalización, el ámbito rural y la compra pública, entre otras.