En un contexto económico complejo y después de deshacerse esta misma semana el complejo nudo del convenio de Mercedes Benz en Gasteiz, los empresarios vascos expusieron ayer sus recomendaciones para la negociación colectiva de los próximos meses. Uno de los ingredientes es un clásico, pedir a los sindicatos “moderación salarial”, pero en esta ocasión se añade la posibilidad de hablar también del reparto de beneficios. En definitiva, fijar un denominador común entre las rentas de los trabajadores y del accionariado de las compañías. Se trata de buscar un “equilibrio” entre las demandas de subida de sueldo y la “reinversión” de los resultados. O formulado de otra forma, que los trabajadores renuncien a su “demanda histórica” de mantener el poder adquisitivo para garantizar que las empresas puedan seguir invirtiendo.

Confebask celebró ayer en Bilbao su consejo general de verano. La patronal constató en el encuentro la complejidad de la situación económica y echó un jarro de agua fría de cara a los próximos meses, rebajando la previsión de crecimiento del PIB del 5,9% hasta la horquilla entre el 3,5 y el 4%. Es una de las estimaciones más bajas y nace de las propias sensaciones de los empresarios.

En el plano corporativo, el consejo de Confebask confirmó la sustitución del hasta ahora presidente, Eduardo Zubiaurre, por Isabel Busto, quien ocupaba la vicepresidencia de la patronal y que seguirá al frente de la organización hasta el verano de 2023.

Isabel Busto tuvo palabras de “cercanía” y “reconocimiento” hacia Zubiaurre, quien “aunque se encuentra bien y se está recuperando favorablemente de su baja laboral, ha mostrado su deseo de no continuar” al frente de la patronal.

“Incertidumbre radical”

La presidenta de Confebask fue la encargada de exponer el diagnóstico sobre el ciclo, marcado por una “incertidumbre radical” y “permanente”. Las causas son de sobra conocidas: la guerra de Ucrania, la crisis energética y de la de precios tensionan las empresas con aumento de costes para las compañías y reducción de los márgenes comerciales, que suponen una “grave amenaza” para el tejido productivo.

De este modo, Isabel Busto explicó que las encuestas que realizan las organizaciones empresariales asociadas a Confebask –Adegi (Gipuzkoa), Cebek (Bizkaia) y SEA (Álava)– indican que “todavía las empresas están aguantando, pero la rápida reducción de los márgenes y con ello la rentabilidad amenazan su viabilidad a corto y medio plazo”.

Cerca del 95% de las compañías sufre caídas de rentabilidad superiores al 10% debido a la tormenta perfecta del repunte de energía, transporte y materias primas. Tras acotar el contexto, Busto miró a los sindicatos y afirmó que, pese a este “preocupante” escenario económico, “hay algunos agentes sociales que no son sensibles a la actual situación y utilizan el enfrentamiento y el conflicto a pesar de las enormes dificultades”.

“Es un hecho constatado que no hay ningún otro país ni región de nuestro entorno donde la conflictividad sindical alcance los niveles de Euskadi, lo que supone una carga añadida a la hora de hacer frente y encontrar una salida a las crisis”, añadió.

Según detalló, la mayoría de las empresas vascas quiere “preservar el empleo” y subrayó que Euskadi está en estos momentos en cifras “récord” de afiliados a la Seguridad Social. La situación es compleja, pero se cerrará el año con crecimiento económico “siempre y cuando en invierno no se produzca la falta de suministro de gas desde Rusia a Europa y que la inflación no siga batiendo récords”.

Son cuestiones que están fuera de cualquier control y la presidenta de la patronal indicó que esta situación “afecta a todos: trabajadores, familias y empresas”, por lo que debe producirse “un esfuerzo tanto individual como colectivo”, y, “en primer lugar”, las empresas deben “priorizar la reinversión de beneficios, cuando los haya”. Los trabajadores, agregó Busto, deben “adaptar su histórica reivindicación de no perder nada del poder adquisitivo de su salario, entendiendo que, en este momento, es necesaria una moderación salarial”.

“Pacto de rentas”

Así, hizo un llamamiento a los sindicatos para que entiendan que es necesario “remar juntos y que es el momento de llegar a acuerdos. La confrontación no es el camino”. Confebask aboga por un “pacto de rentas”, entendido como un acuerdo entre la empresa y los trabajadores que busque un “equilibro que permita recuperar la mayor parte del poder adquisitivo” de los empleados y, al mismo tiempo, asegurar la “viabilidad de la empresa” en el futuro. Según la organización empresarial, “algunas de las reivindicaciones salariales planteadas en diferentes empresas y sectores pueden comprometer seriamente el futuro de actividades con un gran peso en nuestra economía”.

En el actual escenario la Administración debe contribuir, según la patronal vasca, “destinando parte de la recaudación extraordinaria que la inflación genera para apoyar a familias y empresas más vulnerables a los incrementos de precios al consumo y energético”.

Para Confebask, las inversiones en digitalización y transiciones energética y climática “deben quedar al margen de ajustes y recortes porque son garantía del porvenir futuro”.

La patronal incidió además en dos aspectos ya remarcados en años anteriores: el “problema de la falta de personal cualificado en las empresas” y el “desafío demográfico” al que se enfrenta el País Vasco.

“Hay que empezar a traer gente de fuera”, remarcó el director general de Confebask, Eduardo Aretxaga. l