La propuesta de la Comisión Europea para restringir el consumo de energía y propiciar un ahorro no es nueva en Euskadi. El Ente Vasco de la Energía aconseja “desde hace décadas” vigilar la temperatura de la calefacción y el aire acondicionado como medida de control del gasto en hogares y empresas. Así lo explicaron a este diario ayer fuentes del EVE, que estima que cada grado centígrado de oscilación –arriba o abajo en cada caso– supone un repunte del 8% del consumo y afecta al recibo.

Además, las recomendaciones del EVE coinciden más o menos con las que maneja Bruselas. En el caso del aire acondicionado, se plantea por parte de ambos limitar la temperatura a 25 grados. Para la calefacción, Europa propone fijar el termostato en un máximo de 19 grados, mientras que la agencia energética vasca eleva hasta los 20 grados la temperatura.

El EVE afirma que es “muy complicado” cuantificar el ahorro que podría suponer fijar esos estándares, sobre todo porque no hay un registro de la temperatura a la que cada hogar, empresa o administración coloca sus dispositivos de calor y refrigeración.

Sin embargo, considera que la propuesta de la Comisión tiene toda “su lógica” y forma parte del panel de recomendaciones del Ente de la Energía prácticamente desde su puesta en marcha hace casi 40 años.

En concreto, Bruselas planteará el próximo miércoles a los Estados miembros limitar el uso de la calefacción y el aire acondicionado en los edificios públicos. La medida busca un efecto espejo en los hogares y las empresas para reducir la factura global de gas de la economía europea, que vive un auténtico shock a cuenta de las tensiones generadas por la invasión de Ucrania. En el escenario también hay que sumar la parada técnica del gasoducto que transporta gas desde Rusia a Alemania y la posibilidad, que genera auténtico pavor, de que Moscú prorrogue el desabastecimiento como medida de presión en medio de la guerra.

Esa situación podría producirse el jueves de la próxima semana, cuando sobre el papel se reanudará el suministro, y la Comisión quiere abrir el debate sobre las medidas de ahorro energético justo el día anterior. Pase lo que pase el día 21, lo cierto es que Europa está condenada a acelerar la transición energética y reforzar las líneas de autoconsumo. Depender menos de otros países y no estar sujeta a vaivenes políticos.

AHORRO ENERGÉTICO

En estos momentos, ese camino pasa por reducir el consumo de energía, que también es una de las claves de una carrera de fondo en la que Euskadi lleva décadas participando.

El Ente Vasco de la Energía tiene para ello un amplio catálogo de recomendaciones. Desde el aislamiento de los hogares hasta la movilidad en la ciudad, pasando por el uso de energías renovables alternativas y consejos para tener bajo control los recibos de la luz y el gas. Sobre este último combustible, situado en el centro del debate en el contexto actual, el EVE recuerda que supone el 45% del gasto energético de los hogares y que su consumo se ha duplicado en los últimos años.

Con todo, la CAV está lejos todavía del uso del gas natural en el conjunto de la Unión Europea y, sobre todo, tiene menor dependencia de Rusia. De modo que la economía y las familias vascas están menos expuestas a las consecuencias de un corte del suministro

Países como Alemania, Italia y Francia han dado marcha atrás, en principio de forma temporal, a la estrategia de desmantelamiento de sus centrales de carbón para asegurar el suministro y paliar la escalada de precios.

Ayudas de lakua

Apertura formal. El EVE informó ayer de la ampliación de las ayudas directas a la industria intensiva para paliar el efecto del incremento del coste del gas. Aunque el programa fue presentado el martes, las compañías podrán solicitar estas subvenciones a partir de ayer y hasta el 31 de agosto. El plan está abierto a las empresas de subsectores industriales que no pudieron optar a la anterior convocatoria hace tres meses.

Hasta 400.000 euros. La ayuda máxima que podrá percibir cada grupo empresarial asciende a 400.000 euros y podrán realizar las solicitudes las empresas con domicilio fiscal en Euskadi. Van dirigidas, entre otras, a las industrias extractivas, a las que fabrican productos abrasivos, minerales no metálicos, químicos, cerámicos, de hierro o acero así como a las que elaboran cemento, cal, yeso, metales, pinturas y tintas de imprenta.