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– La diferenciación tecnológica se sitúa en el centro de la estrategia para los próximos años del fabricante de máquina herramienta Soraluce con sede en Bergara, que este ejercicio cumple su 60º aniversario gracias a su capacidad de adaptación a los cambios de mercado y a una decidida apuesta por la innovación.

Su director gerente, Rafael Idígoras, explica las razones por las que considera “clave” esta diferenciación tecnológica. Por un lado, cita “la fortaleza de los competidores asiáticos” ante lo que resulta necesario responder con “un producto más diferenciado y tecnológico” que les sitúe en posiciones de referencia.

Un segundo motivo hace referencia a sus objetivos, que pasan por “ampliar nuestra gama de productos y empezar a competir en mercados donde ya existe una competencia asentada” que exige una oferta de un alto valor añadido aportado por la innovación.

De hecho, Soraluce destina cuatro millones de euros anuales a actividades de I+D para afianzar una “superioridad tecnológica” frente a sus competidores, según afirma Idígoras, además de fomentar la combinación de capacidades que dé lugar a nuevas e innovadoras soluciones y, “por supuesto, buscamos el reconocimiento del mercado”.

Esta inversión se destina a financiar actividades de investigación y desarrollo cuyo corazón se encuentra en un departamento integrado por diez ingenieros. Aunque buena parte de la innovación se focaliza en esta unidad, Rafael Idígoras incide en que la I+D se expande a otras áreas de actividad.

Así, indica que hay otros 50 ingenieros que compaginan las tareas propias de su puesto con la I+D . Idígoras incide en la importancia del capital humano en la cooperativa, cuya pretensión es crear empleo de calidad. Según explica, la persona que entra en Soraluce y supera la fase inicial desempeña su función durante tres años, tras los cuales se le ofrece la posibilidad de hacerse socia.

En la actualidad, la plantilla está compuesta por 275 personas más las 85 que trabajan en el centro de excelencia de Alemania y otras quince en su implantación en Italia. Un aspecto que resalta el director gerente de Soraluce es la cualificación. “En 2000 un 21% de la plantilla no tenía cualificación, y hoy ese porcentaje es de un 1%”, indica.

Además, el número de personas que se dedica a la innovación crece, con una actividad que es respaldada por Ideko, el centro tecnológico que forma parte del mismo grupo empresarial de la empresa guipuzcoana.

Su apuesta por los avances tecnológicos se completa con un concepto de innovación abierta que le ha llevado a adquirir el 51% de la startup tecnológica Savvy Systems y a crear Endity, otra empresa tecnológica centrada en la inspección no destructiva de las máquinas.

internacionalización

Soraluce no confía su futuro solo a la innovación, sino que también apuesta por la búsqueda de nuevos mercados para sus productos. El fabricante de máquina herramienta tiene implantaciones en Gipuzkoa, Alemania e Italia, pero está presente en los cinco continentes.

La actividad en estos dos países se justifica porque la mitad de la facturación del fabricante de máquina herramienta procede de ellos. En Alemania se refuerza al transformar su planta en un centro de excelencia y junto con otra compañía del grupo, Danobat, comparte una planta en China.

“Fue una apuesta de 1990, y en estos 30 años la evolución de este mercado ha sido total”, admite Idígoras, quien explica que la llegada de clientes privados ha provocado una transformación de la dinámica del mercado para acercarse más a la occidental. Añade que, si bien el Gobierno de China prioriza el autoabastecimiento, “hay máquinas a las que no llegan”, en referencia a los equipamientos más avanzados que suministra Soraluce.

Otros mercados que ya explora en la actualidad la cooperativa guipuzcoana y que apuesta por potenciar en los próximos años son Estados Unidos y Turquía, que considera muy exigentes, por lo que su propuesta de una oferta tecnológicamente diferenciada encaja a la perfección. Un ejemplo de ello es el encargo que la firma estadounidense Blue Origin le ha hecho de nueve máquinas multifunción para mecanizar las carcasas de los motores de los cohetes que fabrica.

Nueva planta

La superioridad tecnológica, la búsqueda de nuevos mercados y la ampliación de la gama de productos son tres objetivos estratégicos de la cooperativa de Bergara, pero también tienen fuertes expectativas depositadas en la nueva planta que Soraluce construye en la actualidad en Bergara y que espera inaugurar en marzo del próximo año. Las dificultades que influyen en la evolución al alza de la economía vasca, que recientemente ha tenido que rebajar sus estimaciones, tienen un seguimiento estrecho por parte de Soraluce, que ya ha vivido en sus 60 años de recorrido otras situaciones difíciles.

“Todas las crisis nos impactan y provocan una caída de la facturación junto con ajustes de salarios”, admite Idígoras, quien asegura que la respuesta de Soraluce a momentos de baja demanda “es contracíclica, con un mantenimiento de las inversiones y del número de socios además de incrementar al máximo la flexibilidad”. l

soraluce

l Evolución. Un grupo de 52 socios creó en 1962 Soraluce y, a partir de aquel abril, se ha sucedido una serie de hitos que han marcado su devenir. El primero de ellos fue comenzar a comercializar producto propio, tras lo que llegó la constitución del grupo empresarial DanobatGroup al que pertenece. Otro importante paso fue comenzar a fabricar fresadoras y la introducción de la I+D a su actividad. Después llegó la ampliación de la gama de producto y su especialización tecnológica.

l Actividad. La cooperativa ocupa posiciones de liderazgo en el diseño y fabricación de fresadoras, mandrinadoras, centros de fresado y torneado multifunción y centros de torneado vertical, todos ellos con un alto componente tecnológico. Soraluce forma parte del grupo empresarial DanobatGroup junto con Danobat, Goimek e Ideko.