El grupo extremeño Cristian Lay CL, propietario de Corrugados Azpeitia, anunció ayer que abandona su idea de recuperar la actividad de la factoría guipuzcoana con un proyecto que, según aseguraba, significaría la creación de 700 puestos de trabajo, 200 de ellos directos. Su principal argumento es que resulta inviable trasladar la actividad de los hornos a un emplazamiento alejado del núcleo urbano, como exigía el Ayuntamiento de Azpeitia, por la elevada inversión que conllevaría además de un considerable retraso del inicio de la producción.

Concluye así un periodo de dos meses y medio desde que el grupo municipal del PNV de Azpeitia diera a conocer la existencia de un proyecto de reapertura de Corrugados que fue confirmado por el grupo extremeño, lo que dio pie a posturas encontradas entre el Gobierno Vasco y la Diputación de Gipuzkoa, defensoras de esta vuelta a la actividad de la factoría, y el Ayuntamiento de Azpeitia que, si bien se ha mostrado de acuerdo con esta operación, ha planteado un cambio de ubicación de sus hornos.

Para que Corrugados Azpeitia, clausurada en 2013, volviera a funcionar existían dos requisitos fundamentales que afectaban al Gobierno Vasco y al Ayuntamiento de la localidad, gobernado por EH Bildu. El primero de ellos era obtener una Autorización Ambiental Integrada que renovara la anterior, ya caducada. Este certificado lo otorga el Gobierno Vasco y la consejera vasca de Desarrollo Económico, Arantxa Tapia, ya señaló que "los promotores están dispuestos" a dar los pasos necesarios para "cumplir con toda rigurosidad y todas las garantías" las normas medioambientales.

El segundo trámite era competencia del Ayuntamiento de Azpeitia y es el que, en último término, ha imposibilitado la reapertura de Corrugados. La fábrica, que produce barras de acero corrugado para el sector de la construcción, tiene una zona de laminación y otra de hornos. Antes de cerrarse en 2013 ambas se situaban en un entorno urbano pero en ese mismo año se aprobó un Plan General de Ordenación Urbana PGOU que declaraba de uso residencial parte de los terrenos ocupados por Corrugados Azpeitia.

La alcadesa de la localidad guipuzcoana, Nagore Alkorta, informó de que para que volviera la actividad a Corrugados el grupo CL debía trasladar los hornos a otro emplazamiento, Trukutxo, situado a las afueras del municipio. A pesar de que el PNV le ofreciera sus votos para modificar el PGOU y que el PSE conminara a la alcaldesa a realizar este cambio, el gobierno municipal se ha negado en todo momento a variar esta condición.

RETRASO EN LA APERTURA

Según señalaron fuentes de Cristian Lay, el traslado de la actividad de los hornos representa una inversión de unas dimensiones que no puede afrontar, además de retrasar la apertura entre cuatro y seis años, cuando sus estimaciones si los hornos se mantenían donde están en la actualidad la fábrica comenzaría a funcionar en un plazo de unos seis meses.

La alcaldesa de EH Bildu, Nagore Alkorta, ya puso sobre la mesa esta alternativa en la reunión que mantuvieron el pasado mes de marzo Gobierno Vasco, Diputación de Gipuzkoa y Ayuntamiento de Azpeitia con responsables de Cristian Lay, entre ellos su propietario Ricardo Leal, quien ya entonces puso objeciones al cambio de ubicación de los hornos y se mostró dispuesto a adoptar las medidas necesarias para cumplir los requisitos medioambientales.

La lejanía de posturas entre estas instituciones se manifestó ayer en las reacciones que tuvieron la Diputación de Gipuzkoa y el Ayuntamiento de Azpeitia tras conocer la noticia. El diputado de Promoción Económica, Jabier Larrañaga, acusó al Consistorio de haber "desperdiciado una ocasión única" y le recordó que sobre él cae la responsabilidad "institucional y política ante la ciudadanía de haber echado por tierra esta oportunidad", al no haberse mostrado dispuesto a "aprovechar ninguna de las alternativas que tenía sobre la mesa".

Larrañaga subrayó el apoyo que el proyecto ha tenido por parte de la entidad foral y del Gobierno Vasco, conscientes de que "si realmente queremos seguir siendo un territorio industrial en el futuro, debemos aprovechar todas las oportunidades que se nos presentan para recuperar actividad industrial y empleo, tanto en Azpeitia como en la comarca de Urola Kosta y en Gipuzkoa".

FALTA DE VOLUNTAD

A esta actitud "constructiva" contrapuso la respuesta del Ayuntamiento de Azpeitia, que "no ha demostrado voluntad alguna de trabajar conjuntamente", ante lo que le responsabilizó en exclusiva de "la pérdida de empleos y riqueza".

La alcaldesa de la localidad guipuzcoana, Nagore Alkorta, negó este extremo en una entrevista en Euskadi Irratia, donde afirmó que la decisión de CL no ha sido por "voluntad" del Consistorio, sino que existe un plan urbanístico que designa a los terrenos donde se asienta parte de la fábrica usos residenciales, por lo que "la autorización a la empresa depende de los informes jurídicos".

Alkorta además criticó que en torno a este asunto se ha librado "una batalla mediática, cuando todos los partidos sabemos que en ese lugar no es posible poner en marcha esa actividad". La alcaldesa de EH Bildu lamentó que tan solo se hubiera celebrado una reunión "de media hora" entre las instituciones implicadas y el grupo empresarial, en referencia a la mantenida en marzo.

Junto con la constatación de que la única vía para que Corrugados Azpeitia recuperara la producción era trasladar los hornos a Trukutxo, Alkorta advirtió de que "nunca ha habido proyecto". Según afirmó, Cristian Lay no ha presentado en ningún momento un plan de viabilidad ni de negocio, ante lo que expresó sus dudas sobre "si alguna vez ha habido una intención real para poner en marcha el proyecto en esa ubicación".

El Gobierno Vasco, por su parte, emplazó a hoy, cuando dará a conocer su valoración.