La pandemia ha paralizado la vida de la hostelería, un sector que, con los altibajos naturales de una actividad estacional, venía gozando de buena salud. Los datos del Eustat dejan un descenso de las ventas entre entre enero y septiembre del 38,8%, lo que supone un dato algo más suave que el registrado hasta junio. El tercer trimestre (julio-septiembre) ha dado aire a bares y restaurantes vascos en comparación con los meses más duros de la pandemia, aunque eso sí esta segunda ola volverá a comprometer los números del cierre del año.

Según el Instituto Vasco de Estadística el sector hostelero mejoró sus ventas un 85% en el tercer trimestre en comparación con el periodo abril-junio, lo que supone prácticamente duplicar los números. No era difícil lograr un resultado positivo teniendo en cuenta cuál era la situación sanitaria en abril y mayo y que hubo semanas en ese segundo trimestre en las que el sector estuvo totalmente parado.

Esa recuperación permite suavizar algo la caída acumulada en 2020, que en junio era del 41% y a finales de septiembre es dos puntos más suave. Si algo está claro es que, aunque ha sido un balón de oxígeno, el verano no va a ser capaz por sí solo de salvar el año para la mayor parte de negocios hosteleros. Además aun queda por conocer el impacto en la estadística de esta segunda ola de contagios y sus correspondientes restricciones en el consumo en bares y restaurantes (que prácticamente solo trabajan pedidos para llevar). Todo apunta que a cierre de 2020 ese desplome del 40% va a ser bastante más profundo.