s realmente satisfactorio observar cómo a pesar de la gran incertidumbre económica que ha provocado el COVID-19, las empresas guipuzcoanas no han bajado la guardia y siguen tomando posiciones en el competitivo mercado mundial con la adquisición de empresas o lanzando propuestas de compra de compañías con fines estratégicos de consolidación y referencia internacional en países con un gran peso en su sector.

Este es el caso de Salto Systems que ha adquirido la austriaca Gantner por una cifra ligeramente por debajo de los 200 millones de euros, y que le consolida como segundo líder mundial en su sector, no solo en lo que se refiere a sistemas de control de acceso electrónico, sino también a otros productos que aporta la empresa austriaca como son el pago cashlees (sin contacto) y el software de gestión y venta de tiques para todo tipo de instalaciones de ocio.

Unas prácticas que la pandemia del COVID-19 ha puesto en gran valor para respetar la distancia social y el contacto entre las personas con el fin de evitar los contagios y que han llegado para formar parte de nuestra vida cotidiana.

Con esta operación, que ya lo intentó sin éxito en 2015, la irunesa Salto Systems da un paso de gigante y se convierte en una empresa con una plantilla de 1.200 empleados en 40 países, una facturación anual de 260 millones de euros (gracias a los 70 millones que aporta Gantner) y un valor total de 800 millones.

Y mientras el ministro de Fomento y número dos del PSOE, el valenciano José Luis Ábalos, sigue deshojando la margarita de repartir la adjudicación del megacontrato de Renfe de 2.756 millones de euros entre la francesa Alstom y la suiza Stadler para, por un lado, dar trabajo a sus plantas de Catalunya y dar un balón de oxigeno a su industria, muy afectada por el cierre de Nissan, y por otro, apoyar la puesta en marcha en Valencia de un centro tecnológico ferroviario, en detrimento de las compañías estatales CAF y Talgo -que también participan en la licitación del concurso-, la compañía ferroviaria guipuzcoana sigue con su política de expansión internacional en un mercado tremendamente competitivo como es el galo.

Y en este sentido, la intención de CAF de adquirir la planta de Alstom en la ciudad alsaciana de Reichshoffen que la compañía gala ha puesto a la venta para cumplir las condiciones impuestas por la Unión Europea (UE) por la compra de la canadiense Bombardier, supone un salto cualitativo de primer orden de la compañía guipuzcoana en el mercado francés donde cuenta con una importante cartera de pedidos y está presente en alrededor de 28 licitaciones de concursos.

Al concurso ganado por CAF el año pasado a su competidor Alstom en su propio país, con un megacontrato de 700 millones de euros ampliables hasta los 1.800 para el suministro de 28 trenes de media y larga distancia que se complementarán en el futuro con otros 75 trenes adicionales, hay que añadir la rehabilitación de 43 trenes RER y fabricación de locomotoras de mantenimiento para la operadora Régie Autonome des Transports Parisiens (RATP), más los tranvías que suministra y circulan por varias ciudades francesas. En este momento, CAF tiene pendiente conocer la adjudicación de otras cinco licitaciones.

La adquisición de la planta de Reichshoffen va a ser un factor estratégico de suma importancia para el desarrollo de CAF en Francia, ya que la intención de la empresa ferroviaria guipuzcoana es convertir esa factoría en un centro de excelencia para la fabricación de locomotoras y trenes propulsados por hidrógeno que reemplazarán a los trenes diesel existentes hasta ahora.

El Gobierno francés está impulsando el desarrollo de trenes de hidrógeno dentro de su política de transición ecológica, tal y como quedó evidenciado en la visita que el ministro de Transporte galo, Jean-Baptiste Djebbari, realizó recientemente a la planta que tiene en Bagnères-de-Bigorre. CAF cuenta ya con tecnología para la fabricación de trenes propulsados por hidrógeno, ya que dispone de un prototipo de tren de estas características, al que hay que sumar los 57 autobuses Solaris que ya circulan por varias ciudades europeas propulsados con esta energía.

Las expectativas que va a suponer la adquisición de la planta de Reichshoffen por parte CAF, con una plantilla de 780 trabajadores y donde Alstom fabrica los trenes regionales Coradia, ha provocado que los sindicatos CFE-CGC, CGT y FO se hayan pronunciado ya a favor de la entrada de la compañía guipuzcoana porque garantiza carga de trabajo, al centralizar en esta planta los futuros contratos pendientes que tiene por adjudicar, al tiempo que se ha comprometido al mantenimiento de los puestos de trabajo y las condiciones laborales de los trabajadores. Solo la adjudicación de un contrato de trenes RER para la metrópoli de París, cuyo resultado se conocerá el próximo mes de enero, supondrá 8 o 9 años de carga de trabajo para la fábrica.

Sin embargo, Alstom prefiere al otro candidato que ha mostrado su interés por la planta como es la checa Skoda Transportation, mucho más pequeña que CAF, ya que cuenta con 5.000 empleados frente a los 13.000 de la empresa besaindarra. La razón es que Alstom no la considera como un competidor en el corto y medio plazo, ya que no dispone de la capacidad tecnológica ni comercial que tiene la compañía guipuzcoana. Según los sindicatos, Skoda no tiene prácticamente ninguna licitación en Francia, ni un nivel óptimo de ventas, con lo que desconfían que pueda generar carga de trabajo a las instalaciones.

Ante esta situación, los sindicatos han pedido a la Unión Europea, al organismo regulador y a la propia Alstom que tengan en consideración los proyectos presentados por los dos candidatos y no primen los intereses de la compañía gala en la adjudicación, que se dará a conocer el próximo mes de julio. Hasta entonces, habrá que esperar y confiar en el rigor del organismo comunitario.

La adquisición de la austriaca Gartner por parte de Salto Systems y la apuesta de CAF por hacerse con una planta de Alstom demuestra que las firmas guipuzcoanas no han bajado la guardia