- El Fondo Monetario Internacional (FMI) pronosticó ayer que la economía española repuntará con un crecimiento del 7,2% en 2021, aunque esta cifra dependerá de si las autoridades consiguen contener los contagios de coronavirus, indicó el organismo en su informe anual sobre el país. Según la jefa de misión del FMI, Andrea Schaechter, la mejora de las proyecciones se debe a que ahora tienen en cuenta la disponibilidad de los fondos de reconstrucción de la Unión Europea (UE), por valor de 140.000 millones de euros, aunque existe “incertidumbre sobre con qué rapidez” estarán disponibles, así como sobre su “composición”.

El FMI mantuvo las perspectivas de retroceso de 12,8% para 2020, que ya adelantó en junio, y recordó que la salida de la crisis ocasionada por la pandemia “estará estrechamente vinculada a la capacidad de limitar nuevas infecciones”. Además, apuntó, “dependerá del tamaño, los plazos y la composición del gasto adicional financiado por la UE”.

En opinión de Schaechter, la vuelta a los niveles “precovid” en la economía española “llevará muchos años” y no se empezará a ver la luz hasta, al menos, el año 2023, aunque la economía resultante deberá ser diferente estructuralmente, con el surgimiento de nuevos sectores productivos, inversiones en infraestructuras y reformas laborales y fiscales.

El organismo pidió “un compromiso político renovado” para que España pueda volver a la senda del crecimiento y abordar reformas fiscales que permitan reducir la deuda, que crecerá casi un 30% por la crisis del coronavirus, a partir de 2022 o 2023, momento en el que la economía española debería recuperar el crecimiento “sólido” e iniciarse una reducción del desempleo, según Schaechter.

Schaechter consideró que un “apoyo político y de los actores sociales” es “crítico” para abordar los desafíos estructurales, como una reforma del mercado laboral y de las pensiones.

La institución cree que las prestaciones por desempleo y la asistencia social “pueden tener que intensificarse temporalmente”. En opinión del FMI, las aportaciones de la UE pueden utilizarse para facilitar reformas laborales, como, por ejemplo, los costes iniciales para la creación de un fondo para despidos que” haga más atractivos los contratos indefinidos, y corrija la “dualidad” del mercado laboral español y mejore la productividad laboral. Este fondo de despidos daría a los trabajadores “beneficios adicionales y mejoraría la movilidad”, en opinión de Schaechter.

En caso de que la crisis económica se extienda, el FMI recomienda utilizar instrumentos como la Sociedad Estatal de Participaciones Industriales (SEPI) para rescatar a “empresas sistémicas” con inyecciones temporales de capital. “Será crucial diseñar para el sector público una estrategia de salida de las empresas rescatadas, así como consignar y vigilar el riesgo fiscal con transparencia”, apuntó.

El FMI mantiene su pronóstico de aumento de la deuda pública que hará que esta supere el 120% del producto interior bruto (PIB) y propone un ajuste fiscal “gradual” que no llegaría hasta después de 2022, cuando espera que la economía española “se encuentre en una senda de crecimiento sostenible con el desempleo en disminución”.

Todos estos pronósticos se enfrentan a una gran incertidumbre a corto y mediano plazo, según el FMI: “Un fracaso a la hora de controlar nuevos brotes, un progreso más lento que el previsto en materia de vacunas y tratamientos, un brexit sin acuerdo y una escalada de las tensiones comerciales podrían empañar aún más las perspectivas”.

140.000

Las subvenciones brindan “una oportunidad excepcional para cerrar parcialmente la brecha de demanda causada por la pandemia”, destacó el informe del FMI.