donostia - La imagen de máquinas moviendo contenedores de mercancías para cargarlos en barcos vuelve al Puerto de Pasaia, con las previsiones de convertirse de nuevo en una práctica habitual. Los primeros contenedores llegarán el lunes por la mañana procedentes de Amberes en un buque de 101 metros de eslora y 6,56 de calado propiedad de la empresa que presta de nuevo el servicio, TKN-Shippingline.
La reactivación del tráfico de contenedores es una buena noticia para el Puerto de Pasaia, que recupera un negocio que ha vivido recientemente momentos convulsos en ciernes ahora de estabilizarse. Tras la marcha de Transfennica, fue la canaria JSV la que inició el transporte marítimo de mercancías en contenedores desde el espacio que dejó en el recinto portuario la central térmica y Corrugados.
Tres meses después de la inauguración del servicio, la sociedad dejó de ofrecerlo y desde el pasado mes de mayo el Puerto de Pasaia ha carecido de una actividad que resulta rentable en otros emplazamientos. Con la llegada del buque Nor Feeder el próximo lunes se da un paso adelante en la apuesta por este tipo de tráfico que tradicionalmente ha manifestado la Autoridad Portuaria. César Salvador, uno de sus directivos, considera que este negocio tiene muy buenas expectativas, aunque opta por la prudencia hasta que el nuevo tráfico no se asiente definitivamente.
La actividad en un primer momento dará prioridad a la importación porque en los primeros días solo operará un barco. Saldrá los viernes de Amberes, en Holanda, para llegar los lunes a la localidad guipuzcoana, lo que significa responder en un primer momento a los intereses de los clientes extranjeros, que quieren llevar su mercancía al puerto el jueves y ver cómo el viernes la embarcan y zarpa la embarcación hacia su punto de destino.
Salvador considera importante contar con un segundo buque que dé respuesta a las necesidades de los exportadores foráneos, en coincidencia con las previsiones de TKN-Shippingline, que tiene intención de poner en funcionamiento su segundo barco en octubre. En este caso, la salida del viernes será desde Pasaia para llegar el lunes a Amberes. Completaría su ruta con un viaje de vuelta el martes desde Holanda y llegada el viernes a primera hora a Pasaia.
César Salvador se muestra optimista “con cautela” respecto a los resultados de esta línea de negocio. Considera que Pasaia se encuentra en una localización estratégica, en el punto donde cambia el ancho ferroviario por lo que los trenes de mercancías están obligados a descargarlas y pueden trasvasarlas a otro ferrocarril o a un camión.
Las posibilidades de que opten por la primera alternativa se incrementarán significativamente a partir del primer trimestre de 2016, cuando esté previsto habilitar un segundo muelle que tendrá 500 metros de línea de atraque y otros 500 de línea de ferrocarril que permitirá al tren llegar hasta el mismo barco. Otra variable que influirá será que el tráfico de camiones en Francia está prohibido los fines de semana, junto a la previsión de que en un plazo más largo se descontamine el suelo de la central térmica para ampliar el muelle en una hectárea.
La idea es crear un servicio intermodal, en el que los camiones y los trenes convivan sin interponerse. En este modelo se impone un tránsito ágil, por lo que las distancias no serán excesivamente largas, con los destinos principales de Madrid, Zaragoza y el Mediterráneo. Por parte de Amberes, la mercancía se dirigirá hacia Bélgica, Luxemburgo y el norte de Alemania.
Las mercancías a transportar son muy variadas, pero predominan los materiales químicos, los alimentarios como zumos y leche, o el vino y la cerveza. Adquiere un papel preponderante el papel, mientras que a medio plazo se incorporarán los componentes de automoción.
El almacenamiento no será ningún problema, porque la experiencia anterior ha demostrado que se pueden cargar más de un centenar en siete horas, por lo que “el contenedor no estará días, sino horas”, subraya Salvador.