beasain - Indar se puso ayer de largo para celebrar su 75º aniversario, que llega en un buen momento para la compañía beasaindarra. La empresa que comenzó fabricando pequeños motores y alternadores se ha convertido en un referente del sector, con una plantilla que supera las 780 personas y una facturación prevista de 147 millones de euros para este año, un 30% por encima de la registrada el pasado ejercicio.
Los asistentes a la celebración ayer en Beasain dan cuenta del peso de esta firma en la economía guipuzcoana y vasca. La representación institucional correspondió al diputado general de Gipuzkoa, Markel Olano; la consejera de Desarrollo Económico y Competitividad del Gobierno Vasco, Arantxa Tapia; y el alcalde de la localidad guipuzcoana, Aitor Aldasoro. La presidenta de Ingeteam, Teresa Madariaga, acudió a una cita en la que también estuvo presente el experto asesor en el sector de la energía Iván Martén.
Todos ellos reconocieron la labor de una empresa que durante estas tres décadas ha evolucionado hasta convertirse en referente mundial en el sector de la hidroeléctrica. La compañía tiene plantas en Beasain, en la localidad leonense de Segorbe, en México D.F. y en Milwaukee de EEUU, donde diseña y fabrica máquinas eléctricas rotativas e hidráulicas destinadas a sectores estratégicos como el de la energía, el naval y el minero.
Su proyección internacional se refleja en que el 90% de su facturación corresponde a ventas realizadas en más de 45 países. Una de las actividades que ha contribuido a reforzar su posición líder a nivel mundial es la generación eléctrica, puesto que internacionalmente tiene una capacidad instalada superior a los 25 GW, lo que equivale a la cuarta parte de la potencia eléctrica instalada en el Estado.
Hoy día, con cuatro divisiones a pleno rendimiento en las que se idean desde generadores para turbinas eólicas repartidas por todo el mundo hasta motores de bombeo de agua limpia y residual o motores de propulsión eléctrica para buques, puede presumir de situarse entre las grandes tanto en actividad productiva como en creación de una tecnología propia avanzada.
Este carácter innovador fue destacado por la consejera vasca de Desarrollo Económico y Competitividad, Arantxa Tapia, quien recordó que en su etapa profesional como investigadora colaboró en proyectos impulsados por el grupo Ingeteam, al que pertenece Indra.
Tapia alabó su capacidad de conjugar innovación e internacionalización en consonancia con la actitud que pretende imprimir su departamento a todo el tejido empresarial vasco y consideró que “tenéis vocación de ser un agente activo en la industria del futuro de Euskadi”.
Markel Olano, diputado general de Gipuzkoa, también valoró la contribución de Indar a la empresa guipuzcoana y vasca, además de alabar su capacidad de sobreponerse a los duros momentos. En este sentido, lamentó el secuestro en 1983 de su gerente, José Cruz Larrañaga, y el incendio que afectó seriamente sus instalaciones en 2008, cuando Olano también era diputado general de Gipuzkoa y vivió de manera muy cercana este incidente.
No obstante, incidió en que ha hecho frente a todos los problemas para ocupar en la actualidad puestos de liderazgo. Tras el incendio y en apenas tres días recuperó el 75% de su actividad y un año más tarde inauguró una planta de 12.000 metros cuadrados para hacer frente al incremento de su actividad y dedicar más espacio a la fabricación de generadores eólicos y laboratorios de investigación.
Tanto Markel Olano como Arantxa Tapia incidieron en los comienzos familiares de esta empresa, que nació en 1940 por iniciativa de los hermanos Larrañaga y los hermanos Ormazabal con un fuerte crecimiento durante las dos siguientes décadas. No fue ajena a la llegada de la crisis de finales de los 80, hasta que en 1997 fue adquirida por Ingelectric para pasar así a formar parte del grupo Ingeteam, donde actualmente se encuentra.