dOnostia - La firma de un tratado de libre comercio entre Estados Unidos y Europa ofrecería más ventajas que desventajas para las empresas y la economía vasca, siempre y cuando se acotasen ciertos elementos no directamente comerciales que evitasen la reducción de derechos laborales, sociales y medioambientales.
Euskadi se beneficiaría de una mayor actividad comercial entre Europa y Estados Unidos porque es un territorio netamente exportador con peso específico en industrias relacionadas con la automoción, los bienes de equipo y las energías renovables, que tienen un gran mercado potencial en territorio norteamericano.
Según recuerda la europarlamentaria del PNV Izaskun Bilbao, el peso del mercado norteamericano para las empresas vascas es notable. Un total de 411 empresas exportan de manera regular al país estadounidense. Sesenta compañías de Euskadi tienen 73 implantaciones en Estados Unidos, entre ellas 35 fábricas.
Y hay un dato más importante. Estados Unidos se ha convertido en el primer destino de las inversiones vascas en el extranjero desde el año 2000 pero es que, además de eso, el país presidido por Barack Obama se ha situado en los últimos cinco años en el tercer destino de las exportaciones de la Comunidad Autónoma Vasca tras los dos grandes clientes tradicionales: Francia y Alemania.
Por ello, numerosas pymes vascas consideran que la apertura del mercado estadounidense les ofrecería una notable posibilidad de incrementar su nivel de negocios en el país norteamericano. Según Izaskun Bilbao, sectores en los que la industria vasca está bien posicionada a nivel competitivo y podrían crecer en Estados Unidos, serían los de aeronáutica, energía, automoción, el transporte o las producciones agropecuarias de calidad.
En relación a los temores de los detractores del acuerdo a que se devalúen los derechos laborales y las medidas medioambientales, la europarlamentaria resalta que el Parlamento Europeo ha impuesto para negociar un mandato con líneas rojas que suponen mantener los estándares de protección ambiental, social y de seguridad alimentaria, así como mantener la protección de datos europea. También se defiende, según Izaskun Bilbao, excluir radicalmente del acuerdo servicios públicos esenciales como el suministro de agua, salud, servicios sociales, seguridad social y educación.