beasain - Tecnología made in Euskadi para propulsar buques oceanográficos de los guardacostas canadienses. Indar surca nuevas aguas con su tecnología de propulsión silenciosa, un nicho de mercado en el que la empresa guipuzcoana, pionera a nivel mundial por ser la única que cuenta con dos certificaciones (DNV Silent-R e ICES-209), se está “haciendo muy fuerte”.

Un buen ejemplo de ello es la visita que el embajador canadiense en el Estado español, Jon Allen, realizó ayer a la factoría de Beasain, donde el diplomático tuvo ocasión de supervisar los test que se están realizando a la nueva pareja de propulsores fabricados en la planta guipuzcoana de Indar para el gobierno norteamericano. En el exterior de la planta ondeaba ayer la bandera canadiense.

Se trata de la segunda pareja de motores -desarrollan una potencia unitaria de 2250 KW a 134 Rpm- fabricados en Beasain y que impulsarán una serie de buques oceanográficos que se están construyendo en la costa oeste de Canadá, concretamente en Vancouver. Barcos de 100 metros de eslora (largo) y 30 de manga (ancho) que serán impulsados por tecnología íntegramente vasca que también ha seducido a los gobiernos de Noruega, Chile y China.

El Gobierno de Canadá se convierte con este pedido en un nuevo cliente de la recientemente galardonada como Empresa del año de Gipuzkoa 2015, que en septiembre celebrará su 75º aniversario con unas perspectivas “moderadamente optimistas”. El objetivo de Indar es doblar sus actuales ventas -139 millones de euros en 2014- en cinco años, según explicó su director general Álex Belaustegi.

“un modelo especial” ¿Pero qué tienen de especial estos motores fabricados en Beasain? El director comercial de Indar, Pello Garciandía, explicó que este “es un modelo absolutamente especial. Nadie más los fabrica todavía hoy a nivel mundial porque cumplen dos normativas de vibraciones y emisión de sonoridad tan baja al medio marino. Y este es un nicho de mercado en el que nosotros estamos muy fuertes”, añadió.

“Ahora mismo tenemos pedidos para el Gobierno de Noruega, de Chile y de China, respectivamente, para dos buques oceanográficos para cada uno de estos gobiernos. Y anteriormente hemos entregado otros siete sets de estos motores para la propulsión principal”, explicó el directivo de Indar.

“Además -añadió-, hemos propulsado con la misma tecnología los buques más lujosos del armador francés Ponant. Se trata de ferrys de 200 pasajeros ”, expuso Garciandía.

Este pedido del Gobierno de Canadá forma parte de un programa que incluye motores para ocho barcos. El primer lote se entregó hace seis meses y este segundo set se entregará en un mes. Fabricar una pareja de motores de este tipo cuesta cuatro meses de trabajo -se hacen a medida- en la unidad Marina de Indar, en la que trabajan 160 personas. La histórica empresa de Beasain cuenta actualmente con 678 empleados.

Garciandía explicó que esta “avanzada tecnología” supone “la combinación perfecta entre Indar e Ingeteam -grupo vasco al que pertenece la firma guipuzcoana-, que fabrica los convertidores que regulan la velocidad del motor”.

El valor de este contrato no es tanto cuantitativo como cualitativo -cada pareja de motores vale un millón de euros-. El director de la unidad Marina de Indar, Joseba Hierro, dijo que este contrato supone la “culminación a todo el trabajo de la última década en el desarrollo de la propulsión silenciosa” y recordó que la firma guipuzcoana ya cuenta con otros proyectos de renovables, eólica e hidráulica en Canadá”, pero sumarle este de marina “da fe de que estamos haciendo las cosas bien”.

Junto al embajador de Canadá en España, Jon Allen, visitaron la planta la directora de Internacionalización del Gobierno Vasco, Ainhoa Ondarzabal; y el director general de la sociedad pública SPRI, Alex Arriola, entre otros.