madrid - El exministro socialista Miguel Boyer falleció ayer a las 12.15 horas a los 75 años de una embolia pulmonar en la Clínica Ruber Internacional de Madrid, donde había ingresado de urgencia por la mañana.
Boyer arrastraba problemas de salud desde el 27 de febrero de 2012, cuando sufrió un ictus que le dejó, entre otras secuelas, dificultades de movilidad y del que se recuperaba lentamente. Fue el ministro de Economía y Hacienda del primer gobierno presidido por Felipe González e instaló el social liberalismo en el PSOE. Durante su gestión en el Ejecutivo puso en marcha medidas liberalizadoras que contradecían puntos del programa socialista, algo que le provocó enfrentamientos con un sector interno del partido.
Entre sus decisiones más destacadas están la expropiación de Rumasa el 23 de febrero de 1983, el conocido como decreto Boyer, que liberalizó los horarios comerciales y la ley de Arrendamientos Urbanos, al transformar los contratos de alquiler, que hasta entonces podían tener carácter vitalicio, en temporales. Las tensiones internas unidas a la controvertida expropiación de Rumasa hicieron que en 1985 presentase su dimisión como ministro.
De su etapa en el Gobierno socialista queda una estricta política monetaria dirigida a controlar la inflación, así como el choque ideológico con el otro “peso pesado” del gabinete, el vicepresidente Alfonso Guerra. Es probable que en aquellos años comenzara su transición política, que tuvo como punto de inflexión su inesperada dimisión del Gobierno en julio de 1985 y acabó cuando dejó las filas socialistas en 1996 para apoyar públicamente el programa económico del PP, quienes hasta entonces habían sido sus adversarios políticos. Así comenzó a acercar posturas con su presidente por entonces José María Aznar, que le incluyó en la lista del patronato de la FAES (Fundación de Análisis y Estudios Sociales) en 2002. Después, en 2011 Boyer abandonaría el think tank por distanciarse del pensamiento de los populares.
Después del derrame cerebral sufrido en febrero 2012, que le obligó a permanecer hospitalizado durante casi dos meses fue dejando los puestos de consejeros que ostentaba en compañías cotizadas. - Efe/E.P.