Donostia. El sindicato ELA denunció ayer a la empresa Unipapel por vulnerar el derecho fundamental de los trabajadores a la huelga, al permitir la Ertzaintza la entrada de tres camiones en la planta de Aduna para llevarse producto terminado, tras cumplirse ayer el décimoquinto día de paro en protesta por la indefinición de los nuevos propietarios, el fondo suizo Springwater Capital, sobre el futuro de la fábrica.

Los hechos fueron denunciados ante la Inspección de Trabajo, dado que personal ajeno a la empresa -con la ayuda del gerente- estaba suplantando a los trabajadores que estaban concentrados en el exterior y que se encuentran en huelga indefinida desde el pasado día 20.

La denuncia fue comunicada a la Ertzaintza por el responsable de ELA en la zona de Tolosaldea, Mikel Zabaleta, pese a lo cual la Policía autónoma mantuvo su presencia, lo que provocó una gran tensión en las proximidades de la planta, hasta el punto de que alrededor de unos cuarenta ertzainas fueron desplegados en la zona.

Sobre las cinco de la tarde y, comoquiera que el inspector de Trabajo seguía sin aparecer para comprobar lo denunciado, alrededor de una treintena de trabajadores se sentaron de manera pacífica en la entrada de la factoría para evitar la salida de los tres camiones.

Los empleados, que contaron con el apoyo de parte de la plantilla de la empresa Antalis, despedidos con un ERE de extinción, desoyeron las órdenes de la Ertzaintza de desalojar el lugar y adoptaron una posición de resistencia pasiva, tras lo cual fueron arrastrados y empujados por los agentes.

La actuación policial provocó momentos de gran tensión, hasta el punto de que en algunos casos se tuvieron que emplear tres agentes para sacar del lugar a más de un trabajador. Tras este incidente, los tres camiones pudieron abandonar la factoría con destino a Madrid y Bilbao sin ninguna dificultad.

La tensión en la planta de Unipapel, en cuyo exterior los trabajadores hacen guardia permanente desde hace quince días, comenzó a las once de la mañana, cuando los tres camiones llegaron a la planta de Aduna escoltados por la Ertzaintza, una hora antes de que los representantes de los trabajadores comenzasen una reunión con los nuevos propietarios de la fábrica para conocer sus planes.

El responsable de ELA, Mikel Zabaleta, pidió al representante de la empresa que restituyera la situación en la planta ante lo que suponía una flagrante vulneración del derecho de huelga, a lo que el abogado respondió que no tenía autoridad para ello, con lo que ante estas circunstancias se suspendió la reunión, que se iba a celebrar en un conocido bufete de Donostia.

indefensión "A raíz de esta vulneración de derechos nos hemos sentido en una situación de total indefensión tanto por parte de la empresa como por la Ertzaintza", señalaron a NOTICIAS DE GIPUZKOA, fuentes de los trabajadores.

Conforme transcurría la mañana se fueron concentrando en el exterior de la planta de Aduna más trabajadores no sólo de Unipapel sino también de Antalis, una compañía situada en la localidad de Albiztur y cuyos 64 trabajadores han sido despedidos al presentar la multinacional francesa propietaria de la planta un ERE de extinción.

A día de hoy, los 76 trabajadores de la factoría de la antigua Unipapel de Aduna, que se dedica a la producción de material de oficina como archivadores o carpetas, desconocen las intenciones del nuevo propietario del negocio, que no del inmueble, un mes después de producirse la operación.

El pasado jueves miembros del comité de empresa mantuvieron una reunión con representantes de los nuevos propietarios, sin que se llegase a ninguna concreción, salvo la voluntad de "ahorrar costes laborales", sin precisar si van a producirse rebajas salariales, despidos o el traslado de buena parte de la producción a la planta de Logroño.

Los trabajadores de la antigua Unipapel han manifestado su disposición a aceptar un plan de prejubilaciones pero no una rebaja salarial después de la que se aplicó el pasado mes de julio.

Hace seis meses los trabajadores de Unipapel vieron reducidos de manera importante sus salarios bajo la excusa de dar estabilidad a la empresa en el futuro, para lo que se planteaba la puesta en marcha de un plan de viabilidad hasta 2017, con el fin de hacerla más competitiva.

Tal y como han sucedido los hechos, cinco meses después, aquella reducción salarial estaba relacionada con la posterior venta al fondo de inversión suizo.