Donostia. Un total de 39 empresas ha creado el programa Entreprenari iniciado hace 15 años por la Universidad del País Vasco (UPV-EHU), y que desde hace doce se desarrolla en colaboración con Bic Berrilan, con el fin de transferir la tecnología y el conocimiento a nuevas compañías de base tecnológica y conocimiento intensivo.
La creación de estas 39 empresas, de las que todas siguen vivas, salvo tres que han cesado en su actividad y una que se ha transformado en otra, ha supuesto una inversión de casi 40 millones de euros y la generación de 400 empleos.
Unos resultados de los que están muy satisfechas la vicerrectora del Campus de Gipuzkoa de la UPV-EHU, Cristina Uriarte, y la directora gerente de Bic Berrilan Gipuzkoa, Marisa Arriola.
"Esto quiere decir que a la hora de crear una empresa lo hacemos realmente a conciencia para que estén preparadas y tengan éxito en su actividad. Una de las claves del programa Entreprenari es la dedicación, la buena formación y el acompañamiento continuo por parte de los técnicos de Bic Berrilan en el desarrollo de la empresa", apostilla Cristina Uriarte.
Para Marisa Arriola, la clave del éxito de este programa está en la implicación de la universidad en su desarrollo, en concreto de la vicerrectora del Campus de Gipuzkoa, Cristina Uriarte, y de la inversión de los recursos necesarios.
"Ahora está de moda el emprendizaje y hay agentes que pueden crear empresas, pero lo que se pretende con el programa Entreprenari no es solo crear empresas, sino establecer una cultura de implementar el emprendizaje y detectar ideas que pueden ser la base para crear una empresa entre los universitarios", subraya Marisa Arriola.
"Lo que pretendemos desde la universidad es que la inserción laboral de los universitarios no solo sea como funcionario o mediante la contratación en una empresa, sino que uno pueda crear su empresa, lo que permite tener unas habilidades que a la persona le van a servir para toda la vida", señala Uriarte.
El fomento del espíritu emprendedor en el colectivo universitario, es decir, tanto en alumnos como profesores e investigadores, se desarrolla de una manera proactiva a través de jornadas, seminarios, visitas a grupos de investigación, donde se identifican las oportunidades que existen para la creación de una empresa.
La segunda vía se basa en la demanda que desde los propios universitarios e investigadores realizan al programa, cuya sede está en el edificio Korta de la UPV-EHU de Donostia.
A partir de este momento, tal y como explica Marisa Arriola, se inicia el proceso de análisis y evaluación de la idea, la tecnología a aplicar, la existencia de patentes, contraste con el mercado, plan de viabilidad, búsqueda de financiación y formación de los nuevos empresarios para, por último, dar de alta a la empresa.
Con todos estos requisitos aprobados, la nueva empresa permanece entre uno y cuatro años en la incubadora del edificio Korta, hasta que coge cuerpo e inicia su actividad sin ninguna tutela.
diversificación Uno de los éxitos del programa Entreprenari es que en la incubadora del edificio Korta no solo se desarrollan empresas de base tecnológica, sino también de conocimiento intensivo.
"Esta es una de las claves del éxito del programa Entreprenari, ya que no hemos cerrado la puerta a aquellas iniciativas que no fueran de base tecnológica. Se oye hablar de investigación en tecnologías, pero nunca de la innovación que puede tener su origen en Derecho y Humanidades. Cuando en una universidad se desarrollan todas las disciplinas, como es nuestro caso, es mucho más fácil", dice Uriarte.
La prueba es que al principio había que ir buscando ideas para constituir empresas y hoy las ofertas de alumnos e investigadores se presentan de motu proprio. Este año ya se han creado tres nuevas empresas dentro del programa Entreprenari.
Un caso paradigmático de estas empresas no tecnológicas que parten de aplicar los conocimientos generados en la universidad, es Farapi, que ya tiene una andadura de siete años, y que realiza aplicaciones de gestión social en instituciones y empresas, así como Más Innovación, una consultoría cuyo objetivo es optimizar los recursos humanos en las compañías y crear equipos de alto rendimiento.
La primera empresa que salió de la incubadora de la UPV-EHU fue el centro Cidetec y la última Gomavial, que recientemente ha conseguido el premio Emprendedor XXI para compañías de reciente creación a nivel del Estado, por contar con un proyecto innovador de alto nivel tecnológico como es el aprovechamiento de neumáticos usados como materia prima para la fabricación de nuevos productos.
El hecho de que en la financiación del programa Entreprenari cuente con recursos del Gobierno Vasco y de la Diputación Foral de Gipuzkoa, hace que tanto Cristina Uriarte como Marisa Arriola muestren su preocupación por los recortes que pueden producirse en los Presupuestos de esas dos instituciones, debido al descenso de la recaudación en las arcas públicas.
"Estamos preocupadas, porque en los últimos años hemos visto que ha habido una disminución en la aportación económica al programa. Del Gobierno Vasco no sabemos qué va a pasar, pero la Diputación hizo recortes el año pasado y, por lo que parece, en el Presupuesto de este año la disminución de recursos puede ser importante", dice Uriarte.
Marisa Arriola incide en la misma idea: "Esto no tendría que pararse. Los programas de creación de empresas desde la universidad tienen que estar bien dotados de recursos. Hasta ahora no nos podemos quejar, pero la situación genera preocupación".