Madrid. Silencio, curiosamente sólo silencio. Esa fue la única respuesta que dio ayer el Gobierno ante las críticas de Rodrigo Rato al rescate de Bankia, a cómo se ha planificado y a cómo se ejecutará. Ni Rajoy, despidiendo a la selección española de fútbol, ni su segunda, Soraya Sáenz de Santamaría (de viaje en EEUU para asistir mañana a las sesiones del controvertido Club Bilderberg), ni el ministro de Economía, Cristóbal Montoro (que ayer se estrenó como portavoz del Ejecutivo), valoraron el discurso del expresidente de Bankia ante el consejo de administración de Caja Madrid.

Lejos de eso, Cristóbal Montoro, centró su labor en criticar a los socialistas porque "cuando estaban en la oposición les bastaba con que las explicaciones sobre el sector financiero se dieran a puerta cerrada y ahora piden comparecencias públicas sobre Bankia".

demagogia En la rueda de prensa posterior al Consejo de Ministros, Montoro recordó que para hablar de estos temas ya hay una subcomisión (la de Economía del Congreso) que se creó hace años y que ha servido para dar cuenta de lo sucedido en varias entidades que acabaron siendo nacionalizadas. Agarrándose a este argumento, el ministro se preguntó por qué ahora, tras la nacionalización de Bankia, los socialistas, ya desde la oposición, quieren cambiar el procedimiento.

En su opinión, si existe esa subcomisión, debe hacerse uso de ella también para hablar sobre lo ocurrido en Bankia, "una entidad con total garantía para los ciudadanos, los depositantes y los inversores", destacaba Montoro.

"Tras la nacionalización del grupo, Bankia será un banco público, una entidad solvente, con futuro y que volverá a merecer la apuesta de los inversores", reiteraba el ministro, que volvía a pedir "tranquilidad absoluta" a los clientes.

Sobre el resto de entidades, Montoro recordó que "España está saneando su sector financiero y evaluando la situación real de sus balances", para lo que se ha contratado a "evaluadores externos y objetivos".