Donostia. Hasta, previsiblemente, el próximo mes de junio no se materializará de manera formal la venta por parte de Kutxa de Banco de Madrid a la Banca Privada d"Andorra (BPA), aunque de facto ya se está trabajando para que en esa fecha la entidad financiera privada ya este operativa bajo el control de los nuevos propietarios.
La materialización de la venta de Banco de Madrid que se formalizó a finales del pasado mes de enero por un precio superior a los 100 millones de euros, según ha podido saber NOTICIAS DE GIPUZKOA en fuentes de Kutxa, no puede llevarse a efecto hasta que el Consejo General de los Valles de Andorra apruebe una ley que regule la supervisión bancaria y la fusión y el doble establecimiento de entidades financieras en los dos países.
Este nuevo marco legal deberá ser refrendado por el Congreso de los Diputados y, posteriormente, habrá que esperar al acuerdo del Banco de España y del Institut Nacional Andorrà de Finances (INAF), como entidades reguladoras del sistema financiero de los dos países, para que aprueben la "idoneidad" de la operación.
Este acuerdo, en donde el órgano presidido por Miguel Angel Fernández Ordoñez tiene un verdadero interés como instrumento para neutralizar cualquier intento de entrada en el Principado de bancos franceses, viene precedido por el convenio de doble imposición que los Gobiernos del Estado y de Andorra firmaron el pasado mes de enero por el que la Hacienda estatal puede solicitar información fiscal al Principado para luchar contra el fraude con lo que deja de ser considerado paraíso fiscal.
A falta de la aprobación oficial por parte del Banco de España de la compra de Banco de Madrid, hasta que no se vayan cumpliendo los trámites parlamentarios, el órgano regulador del sistema financiero estatal ha dado el visto bueno a la operación y está permitiendo que los directivos de BPA hayan entrado en la entidad para iniciar el proceso de integración a la cultura de los nuevos propietarios.
En este sentido, la compra efectiva de Banco de Madrid por parte de BPA viene a confirmarse por el nombramiento del actual director adjunto de la entidad andorrana, Xavier Mayol, de director general del banco en la reunión del consejo de administración que tendrá lugar el próximo lunes en Madrid.
Mayol, que el jueves fue presentado al comité de dirección de Banco de Madrid, liderará el proceso de integración de Banco de Madrid a los nuevos propietarios y que concluirá con la migración de los servicios informáticos servidos por Kutxa a BPA.
La nueva ficha bancaria de BPA cuenta con un patrimonio de 3.000 millones de euros y unos 12.000 clientes y cuenta con una red de 17 oficinas, cuya propiedad no es de Banco de Madrid, sino de Kutxa, a través de una sociedad inmobiliaria.
Entre las primeras decisiones de los nuevos dueños de Banco de Madrid, que seguirá manteniendo su marca comercial, se encuentra la fusión con la gestora de fondos Interdin, que fue adquirida por BPA a finales de 2008, dando inicio al desembarco de entidades andorranas en el sistema financiero estatal que están siendo muy bien recibidas por el sector, dado que supone una inyección de capital importante en un momento difícil.
Plusvalías Con la venta de Banco de Madrid, Kutxa no va a obtener grandes plusvalías, a pesar de que por la ficha bancaria de Banco de Madrid pagó en 2001 al Deutsche Bank 23,4 millones de euros, sino que ha aprovechado la primera oportunidad sería que se le ha presentado para desprenderse de una entidad, que desde que fue adquirida hace nueve años en una decisión unilateral del entonces presidente Fernando Spagnolo, sólo le ha reportado resultados negativos.
Durante todo ese tiempo, la matriz ha tenido que realizar continuas dotaciones a la filial, hasta que en noviembre de 2008, a raíz de la profunda crisis que afectó al conjunto de la banca privada por el desplome de los mercados financieros como consecuencia de la quiebra del Banco Lehman Brothers, el presidente de Kutxa, Xabier Iturbe, decidió proceder a la reestructuración de la entidad para hacer posible la entrada de nuevos socios y si fuera posible proceder a su venta, como ha sido ha sido.
Para ello, nombró consejero delegado de la entidad, a Jesús Mari Iturrioz, hasta entonces director general de Kutxa.
A esta situación, hay que añadir la mala gestión de un equipo de profesionales ajenos a Kutxa, dirigidos por José Miguel López Frade, que tuvo que ser cesado por haber firmado, entre otras actuaciones, operaciones tan curiosas como la compra del 49% de una distribuidora de relojes, propiedad de un amigo suyo con el que formó parte de una candidatura en unas elecciones a la presidencia del Real Madrid.
Si el proceso de venta era de por si complicado con una situación compleja del sector financiero y la preferencia de los clientes hacía productos de menor riesgo y con menos márgenes, el pasado mes de enero se le sumó otro nuevo obstáculo como es el proceso concursal abierto por Inmobiliaria Monteverde, que tiene una deuda de 170 millones de euros y donde la hasta ahora filial de banca privada de la caja guipuzcoana es el principal acreedor.