Aunque se haya jubilado del Grupo Alfa, usted sigue dándose una vuelta por sus empresas.

He reducido el trabajo a un 20%, que para mi es como estar en la gloria, después de estar 50 años trabajando. Estoy descubriendo nuevas facetas de mi vida. Mi tiempo lo dedico a estar con mi familia, a cuidar a mis nietos. Es una nueva faceta en la vida.

¿Es mejor el sistema de trabajo de entonces o el de ahora?

La Euskadi de los años 50 y 60 es la China de ahora. Aqui se trabajaba por un plato de lentejas. El problema de las empresas no era otro más que el de producir más porque venían los ingleses y los franceses y te compraban todas las escopetas que fabricabas. No compraban más porque no había más capacidad. Lo mismo que ahora cuando vamos a China y les compramos toda la producción que hagan de cualquier producto. A los chinos les pasará lo mismo que a nosotros. Irán evolucionando, consumiendo, se montarán sindicatos como aquí y trabajarán ocho horas y tendrán vacaciones.

¿En aquellos años aquí había una dictadura?

Aquí teníamos una dictadura y pasamos luego a la democracia, con lo que llegaron los sindicatos y unos calendarios mucho más asequibles. Eso mismo tiene que pasar teóricamente en China.

¿Tiene un mal recuerdo de los sindicatos?

Con los sindicatos siempre me he llevado bien porque entiendo que yo he sido trabajador y sé lo que es cobrar poco dinero y no llegar a fin de mes. Yo les entiendo, pero muchas veces los sindicatos no entienden al empresario honesto, al que crea riqueza. Cuando hay trabajo se da trabajo, pero cuando no lo hay, no se puede aguantar la carga de personal y se tiene que reducir. Los sindicatos lo entienden, pero va contra sus principios y se muchas veces generan contradicciones. Por otra parte, si no hubiera sindicatos sería la ley de la Selva, pero tienen que ir de la mano del empresario, si queremos mejorar.

¿Hay una diferencia en el modelo sindical de antes y el de ahora?

Los sindicatos de ahora entienden mucho mejor, pero muchas veces no lo demuestran, lo que significa que están muy encorsetados. Tiene que haber un acuerdo a nivel global entre la Administración, los empresarios y los sindicatos por el bien común.

Ahora estamos en pleno debate de la reforma laboral. ¿Cómo lo ve?

Está claro que se necesita una reforma. Siempre he pensado que a medida que haya flexibilización de plantilla va a haber más empleo. Lo tengo clarísimo. En este momento, nosotros mismos podíamos aumentar la plantilla, pero no lo hacemos por la rigidez del sistema.

¿Lo que plantea es un sistema de flexibilidad laboral?

Sí, porque la situación en un mercado laboral como el que estamos depende cada vez menos del empresario. El empresario no es capaz de predecir una crisis del tamaño como que tenemos. Todo el mundo le ha cogido desprevenido. Yo no sé el año que viene cual puede ser la cartera de pedidos por lo que no sé que necesidades voy a tener. Estoy convencido de que la flexibilidad laboral supone crear mayor empleo.

Usted que ha creado muchas empresas ¿por qué está tan devaluado el papel de los emprendedores?

Al empresario le dan de golpes por todos los lados. Es muy difícil que hay emprendedores. Los sindicatos te tratan mal. Si las cosas te salen bien, te dicen que eres un capitalista y si te salen mal, te califican de fracasado. Es muy difícil, pero menos que en otras profesiones. También es un problema de falta de valores que son los que teníamos nosotros y grandes grupos como Corporación Mondragon. Sus fundadores no pensaron nunca en hacerse ricos, por lo que si este grupo no existiera, habría que reinventarlo.