Aunque hoy en día los viajes se reparten a lo largo de todo el año, sigue habiendo unas fechas destacadas, esas en las que buena parte de la población tiene vacaciones, como Navidades, Semana Santa y principalmente, los meses de verano, la temporada alta del mundo de las vacaciones. Y apenas falta un mes para que llegue la estación más viajera.

Si bien hoy casi cualquier parte del mundo es buen destino para un viaje de placer, el tiempo, la comodidad o el presupuesto llevan en muchas ocasiones a no marcharse demasiado lejos. Quizá sí a salir del país, pero no del continente, algo que se ha facilitado notablemente con la supresión de las fronteras entre los países de la Unión Europea y con la adopción del euro como moneda común para muchos de esos estados miembros.

Problemas de salud en el extranjero

Aun así, en un viaje, por cómodo que sea, siempre pueden surgir problemas de salud, ya sea por un accidente de tráfico, una caída en un monte, algún alimento que nos sienta muy mal o, por ejemplo, una repentina apendicitis. Aunque no tiene por qué pasar, es posible que en alguna ocasión tengamos que visitar las urgencias de un hospital y ahí, por muy europeos que seamos, podemos tener algún problema. Porque aunque nos atiendan, la factura que podemos recibir después, sobre todo si nos toca ser ingresados o pasar por el quirófano, puede ser muy dolorosa o incluso inasumible para nuestro bolsillo.

Es gratis y llega en cinco días

Así que, como más vale prevenir que lamentar, la Seguridad Social suele lanzar cuando se acerca el verano un aviso que no debería caer en saco roto: ese posible riesgo se minimiza realizando un sencillo y gratuito trámite. Se trata de solicitar la tarjeta sanitaria europea (o de renovarla si se ha caducado), un documento que nos da derecho a recibir atención médica durante cualquier estancia temporal en otro país en las mismas condiciones que las de sus habitantes y con unos costes iguales o similares. La tarjeta es válida independientemente de que el objeto de la estancia sea el turismo, una actividad profesional o los estudios.

Un ejemplo de tarjeta sanitaria europea.

Un ejemplo de tarjeta sanitaria europea.

Al llevarla con nosotros, en caso de necesitar atención médica, el Instituto Nacional de la Seguridad Social (INSS) se haría cargo de los costes ocasionados. Sí es posible que en algún país tengamos que abonar igualmente alguna cantidad por algún servicio en concreto, al igual que lo hacen sus habitantes, pero en cualquier caso con la tarjeta sanitaria europea evitaríamos la mayoría de los costes.

Válida en la Unión Europea, espacio Schengen y Reino Unido

Esta tarjeta es válida en los otros veintiséis países pertenecientes a la Unión Europea: Alemania, Austria, Bélgica, Bulgaria, Chequia, Chipre, Croacia, Dinamarca, Eslovenia, Eslovaquia, Estonia, Finlandia, Francia, Grecia, Hungría, Irlanda, Italia, Letonia, Lituania, Luxemburgo, Malta, Países Bajos, Polonia, Portugal, Rumanía y Suecia. Además también sirve en Islandia, Liechtenstein, Noruega y Suiza, países del espacio Schengen que no están integrados en la UE, y en el Reino Unido, que no pertenece ni a uno ni a otro.

Hacerse con ella es muy sencillo. Se solicita de manera gratuita a través de la sede electrónica de la Seguridad Social, identificándose con Cl@ve Permanente, Cl@ve PIN, vía SMS o mediante DNI electrónico o certificado digital. Y en un plazo inferior a cinco días se enviará por carta al domicilio que figure en las bases de datos o al que indiquemos en la solicitud.

Caduca en dos años, cinco para pensionistas

La tarjeta tiene una validez de dos años, que se elevan a cinco para pensionistas y sus beneficiarios. En el caso de que nos hayamos despistado y veamos que no va a dar tiempo a que la recibamos antes de iniciar el viaje, podemos igualmente solicitar un Certificado Provisional Sustitutorio para estar cubierto durante esos días.

Si viajamos en familia, cada miembro deberá solicitar su propia tarjeta, ya que es personal e intransferible. Y no es válida cuando el desplazamiento tenga la finalidad de recibir tratamiento médico, en cuyo caso es necesario que el INSS emita el formulario correspondiente, previo informe favorable del Servicio de Salud. Tampoco nos sirve si trasladamos nuestra residencia al territorio de otro estado.