Las obras que Euskal Trenbide Sarea, ETS, está realizando para poner en marcha la nueva pasante del Topo en Donostia siguen avanzando y, según ha anunciado esta entidad en una nota de prensa emitida hoy, las afecciones en la superficie comenzarán a reducirse en los próximos meses.

Pero antes de que así sea, las actuaciones necesarias para dar remate a las distintas intervenciones seguirán provocando importantes afecciones en tráfico.

Las afecciones en el tráfico

El tramo entre Easo y Urbieta en la calle San Bartolomé seguirá cerrado al vehículo privado hasta principios del mes de julio.

La reurbanización de la calle Easo, entre San Martin y San Marcial, obligará a su cierre al tráfico desde el 22 de abril hasta inicios de julio. La circulación se desviará por San Martín y Manterola. También la calle Arrasate, a su paso por Easo, sufrirá cortes puntuales durante este periodo de tiempo.

En consecuencia, las líneas de Dbus que circulan por este tramo tendrán que cambiar su trayecto en dirección al Centro.

En la lista de afecciones más próximas se incluye también la reducción a dos carriles de la calle Urbieta, a su altura con San Martín. Esta medida permanecerá en vigor cerca de un mes para continuar con las obras de saneamiento. El tráfico privado se desviará por la Avenida de la Libertad para que el transporte público pueda circular por Urbieta con mayor facilidad.

Posteriormente, el mismo tramo de la calle Urbieta se reducirá a un solo carril algunos fines de semana puntuales que aún están por determinar.

Fin de obras

Este mismo verano las calles Easo y San Bartolomé “recobrarán ya la normalidad, pero con más espacio destinado a los peatones”.

Según ha explicado ETS, el tramo de San Bartolomé que discurre entre Easo y Urbieta pasará a contar con aceras más anchas y tendrá dos carriles para el tráfico rodado, de un único sentido en dirección a Urbieta, uno de ellos reservado al transporte público.

En Easo, el peatón ocupará incluso más espacio, ya que solo dispondrá de un carril para vehículos, destinado al transporte público.

Esta calle conectará con el nuevo espacio peatonal que se creará en la plaza Xabier Zubiri, que se rematará a finales de agosto. La plaza, que permanecerá cerrada hasta entonces, se transformará en una zona de estancia, con pasos peatonales y se incorporará una zona verde en el frente de la calle Zubieta, como protección del tráfico.

También comenzará a recuperar su normalidad, en cierta medida, el paseo de Errondo, ya que el tramo cortado a la altura del triángulo formado por las calles Sagrada Familia y José María Salaberría se reabrirá en julio, aunque la reurbanización de esta zona no finalizará hasta inicios de 2026, por el desvío de la regata de Morlans.

El acceso a la futura estación de Amara desde Errondo no podrá realizase hasta que cese la actividad ferroviaria en la playa de vías de Easo.

También está a punto de finalizar la intervención en la plaza Aita Donostia, vinculada a la creación de un vestíbulo en la estación de Anoeta.

La reordenación de los tráficos en una zona que ha sufrido una importante transformación en esta materia estarán activos las próximas semanas. 

Algo después, a lo largo de 2026, se llevará a cabo la urbanización de la calle San Martín a su paso por el Buen Pastor y tramo final de la calle Loiola, donde se ubicará la boca del Topo. El proyecto de reurbanización de este ámbito está ya en redacción.

Plaza Zaragoza

Otro de los puntos de la ciudad afectado por las obras es la plaza Zaragoza, para cuyo diseño el Ayuntamiento de Donostia va a desarrollar un proceso participativo.

Según ha recordado ETS, el salón de Plenos del Consistorio acogerá el 28 de abril a las 19.30 horas el primer encuentro para avanzar en esta línea, en el que participarán representantes de distintas áreas municipales, vecinos y vecinas de la zona y comerciantes.

Cuando se remate el proceso, ha destacado ETS, será esta entidad la encargada de proceder a la reurbanización de la plaza, que tendrá que esperar a la entrada en funcionamiento del Topo.