El comercio de la Parte Vieja donostiarra quiere reivindicar su esencia con una fiesta que tendrá lugar este viernes y sábado y que ha comenzado con el homenaje que se le ha brindado a una saga de comerciantes, la de la joyería Ayestaran.
A continuación ha comenzado el torneo de futbito, cuyas finales se celebrarán este sábado, después de que se jueguen más partidos a partir de las 9.00 horas.
Las calles de la Parte Vieja donostiarras también acogerán a partir de las 11.00 horas del sábado una kalejira a cargo de Eskola Dantza Taldea.
Una hora después, a las 12.00 horas, se celebrara una ginkana por los distintos establecimientos del barrio.
En la misma, 16 equipos recorrerán 22 tiendas tratando de reconocer qué artículo no pertenece al establecimiento. Al identificarlo, el o la comerciante les dará una pista para ir hasta otro comercio y continuar hasta rellenar la cartilla con los 22 nombres.
Como colofón de la jornada, la comparsa de gigantes y cabezudos llenará de color este emblemático punto de la ciudad al ritmo de una txaranga.
Esta fiesta ha sido organizada por la Asociación de Comerciantes Zaharrean, integrada en la Federación Gipuzkoa Merkatariak y que agrupa a 113 comercios locales.
Con Zaharrean Festa se pretende reivindicar el comercio de proximidad, ese que hace singular a una ciudad y sus barrios.
Mayor control
“El objetivo principal de la iniciativa es decirle a la gente de aquí, no al turista, que el comercio no ha cambiado y que sigue el de siempre, el de la Parte Vieja”, explica a NOTICIASDE GIPUZKOA la presidenta de Zaharrean, Miren Olano.
La llegada de turistas ha cambiado “muchísimo” la forma de vender en este popular barrio donostiarra. “Antes hablábamos en euskera y ahora hablamos en inglés”, asegura Olano en su comercio, Fiori, señalando a una clientela que, en ese momento, era principalmente visitante.
“Por un lado esta afluencia de turistas está bien como comercio, pero nosotros queremos trabajar con nuestra gente. Queremos dejar claro que, haya turistas o no, el comercio sigue siendo el mismo y echamos de menos a nuestra gente”, añade Olano.
La responsable de Fiori reconoce que al llevar 32 años al frente del negocio tiene “clientas fieles”, pero que se nota “que la gente de la provincia ya no viene”. “Es difícil aparcar y hay problemas de circulación. A la gente cada vez le da más pereza venir, y eso se nota un montón”, abunda.
“El comercio de aquí echa de menos a la gente de aquí. Nos preocupa perder nuestra esencia, nuestra xarma y nuestra identidad”, asegura Olano.
Una pelea constante
“El invierno es muy duro, la pandemia fue horrorosa y cuando estábamos ahogados llegó el ticket bai. Han sido años duros y ahora tenemos unos meses que nos ayuda el turismo, pero luego hay que aguantar todo el año”, se reafirma.
¿Cuáles serían las principales demandas del comercio de proximidad a las instituciones? A Zaharrean le preocupa, y mucho, perder su esencia. “Al haber tanto turismo se están abriendo muchas tiendas de souvenirs, nada bonitas ni cuidadas, que sacan las cosas a la calle y no venden producto de aquí”, constata la comerciante. “Hemos ido al Ayuntamiento varias veces a pedir que lo controlen, al igual que se controla el tema de los bares. Está siendo una invasión”, añade.
“Por ejemplo, si se deja sacar el producto a la calle, pedimos que las cosas estén cuidadas, que haya una armonía”, explica Olano. “El miedo que tenemos es a que esto se convierta en un Benidorm”. se lamenta.
“Las instituciones lo apuntan todo, nos dicen que tenemos razón, pero vemos que cada vez hay más turismo. La Parte Vieja es el pintxo, pero no solo es eso. Es mucho más. Hay comercio bueno que lleva incluso cien años y que no hay en el resto de la ciudad. Aquí no hay franquicias”, constata.
Con el fin de reivindicarse, a lo largo del año Zaharrean organiza distintas iniciativas “para que la gente se sienta en casa”. La edición de 2023 de Zaharrean Festa fue un éxito que quieren repetir.
“No decimos que no al turismo, faltaría más, pero queremos que se cuide el comercio y el público local”, añade.
Para ello y para manifestar orgullo de barrio, Zaharrean ha propuesto distintas iniciativas, como poner en cada calle información sobre tradiciones y cultura de forma cuidada, en unas baldosas o con un diseño mimado. “Proponemos ideas pero, de momento, no cuajan”, lamenta.
Son detalles como, por ejemplo, la falta de papeleras. “No las hay en el barrio. A veces los clientes nos dan un papel para que lo tiremos porque no encuentran papeleras y las que hay, no son de reciclaje”, concluye