El edificio Lopetedi Berri, que se levantaba junto al río Urumea en el barrio de Loiola, ha pasado ha ser una imagen para la historia.
La agrupación Áncora lamentó su desaparición por ser éste un bloque “que durante décadas estuvo vinculado al oficio de los gabarreros y que sirvió como punto principal para el depósito de las arenas”.
La construcción del bloque, informó, se inició e en años 1941 sobre los terrenos de la casa de campo Lopetedi. La construcción ya derribada albergó oficinas comerciales y un cargadero de grava. El diseño del proyecto corrió a cargo del arquitecto Florencio Mocoroa, uno de los principales representantes del racionalismo de Gipuzkoa.
La iniciativa del negocio, recuerda Áncora, surgió de Cándido Aranburu y Pedro Echeverría, que idearon la construcción de una casa de vecindad junto al río que, además, acogiera las instalaciones antes citadas.
Junto al inmueble se incorporó un silo-tolva para almacenar la arena del río, que después se comercializaba y un puente-grúa que facilitaba el traslado del cargamento que llegaba en gabarras.