El histórico bar Ezkurra de Gros, en Donostia, que existía ya en 1930, cerrará sus puertas pronto, pero se trasladará muy cerca, al local del antiguo bar Txofre, ahora denominado Txofre Berri. Así lo ha confirmado su propietario, Joseba Balda Ezkurdia, tras dar a conocer en las redes sociales el fin de una etapa en el local de la calle Miracruz. La tradición del Ezkurra no se perderá, sin embargo, ya que tanto su popular ensaladilla rusa, como sus fritos y la tortilla de patatas, que ha ido subiendo enteros en los últimos años, se podrán degustar en la nueva sede de la cercana calle Gloria.

"Han sido décadas en las que han pasado clientes, proveedores, trabajadores... En definitiva, la familia Ezkurra. Queremos agradeceros absolutamente a todos vuestro apoyo, porque sin vosotros no hubiéramos estado tanto tiempo", ha señalado Joseba Balda, que prevé que el establecimiento, ubicado en el número 17 de la calle Miracruz, permanecerá abierto en torno a un mes más. El traslado se producirá en cuanto las obras en el nuevo espacio, que ya comienzan, se den por terminadas.

Una cocina cuatro veces más grande y un amplio espacio de terraza hostelera son dos de las ventajas que Balda ha encontrado en el nuevo local que les espera muy cerca. 

Pero no solo el sabor de la comida tradicional viajará hasta la calle Gloria, también la decoración del establecimiento renacerá en el nuevo espacio porque Balda y su equipo quieren alejarse de la nueva moda de los bares blancos y fríos y pretenden mantener el calor de la madera y materias naturales del actual bar. 

Así, el cartel con el nombre del bar, con una tilde sobre la erre, se trasladará al local de la calle Gloria, así como algunos elementos de la decoración de hierro con figuras de animales, los jamones colgando y otros detalles que, si no chocan con la reforma en curso, volverán al nuevo Ezkurra.

Aunque el nombre de Ezkurra (bellota en euskera) hace creer a muchos que el nombre del bar viene de la afición por la caza, la realidad es que es el apellido de uno de los antiguos dueños del establecimiento hostelero, que ha tenido distintos responsables en su siglo de historia.

Tres hermanos de Betelu

El padre de Joseba Balda, Joxe Mari, ya fallecido, cogió con sus hermanos Enrique y Alejandro las riendas del que ya era el Ezkurra en 1960. Muchos donostiarras recuerdan aún al trío de taberneros de Gros llegados de la localidad navarra de Betelu. Más tarde fueron relevados por la pareja compuesta por Joseba y su hermano, Aitor, que hace unos años se trasladó a Málaga por amor y es ahora cocinero en la ciudad andaluza.

Por el momento, se desconoce qué sucederá con el local de la calle Miracruz. Si se venderá, alquilará o traspasará, ya es propiedad de la familia Balda.

Un repartidor sale del Ezkurra. Iker Azurmendi