Bidebieta luce con otro colorido gracias a cuatro murales que decoran el barrio donostiarra. La iniciativa Donostia Apain ha permitido que cuatro vistosas obras luzcan en otras tantas zonas estratégicas: el edificio de Kontadores, el polideportivo, una pared de una cancha de baloncesto y el frontón. Zësar Bahamonte, Sandra Garayoa, el grupo Zebrak, y Xoana Almar –esta última junto con Miguel Peralta– son los autores de los murales, un proyecto coordinado por la casa de cultura de Intxaurrondo y Jon Saenz, el comisario artístico.

Saenz, encargado de la academia de arte Zaldi Urdina (situada en Gros), comenta que su primera labor fue “hacer una selección previa de paredes” y, después, seleccionar los artistas: “Esta vez hemos apostado por traer alguno de fuera, concretamente de Galicia y Andalucía”. Además, no había una temática concreta y optó por dar “libertad” a los creadores: “El objetivo era poner en valor el arte urbano como elemento diferenciador”. Y el resultado, para esta gasteiztarra residente ahora en Irun, es “muy bueno”. Desde luego, en el barrio la aceptación ha sido muy buena.

Un mural dividido en tres

Zësar Bahamonte, un artista andaluz, es el autor del mural en el Centro Kontadores, una obra dividida en tres paredes. “Son dos chicas. Una tiene una vara en la mano a modo de mujer luchadora y la otra una guitarra como mujer creadora. Quería representar que los creadores siguen adelante pese a las dificultades”, señala el muralista sevillano, quien destaca la peculiaridad del escenario: “Es un mural muy particular, con tres planos consecutivos, que si vienes por la calle los vas viendo mientras se abren. Pensé en un estilo glitch o de repetición, para intentar mostrar movimiento”.

El mural del centro Kontadores representa a las mujeres creadoras. Iker Azurmendi

Bahamonte, que contó con la ayuda de otro artista andaluz, Mr. Drili, cree que estas obras “aportan un estímulo gráfico en la ciudad”: “Estamos acostumbrados o que en la calle haya publicidades o imágenes que buscan siempre un rédito, que se consuma. Pero nosotros ofrecemos un momento de disfrute visual, incluso de reflexión”.

La mujer pelotari

La responsabilidad de decorar la pared del frontón recayó en una artista gallega, Xoana Almar, y su pareja artística, el andaluz Miguel Peralta, que se empaparon de este deporte y su cultura antes de lanzarse a pintar, tal y como cuenta Xoana: “Cuando nos dijeron que íbamos a pintar en un frontón, no conocíamos la pelota. Vimos partidos y leímos algunas entrevistas a pelotaris. Nos llamó la atención Maite Ruiz (beasaindarra que vive en Navarra), que contaba su lucha por la pelota femenina”.

Xoana y Miguel quisieron transmitir “el momento de concentración de la pelotari, en el que el ojo está puesto en la pelota y la mano preparada para golpear. Es un momento en el que se juntan concentración, fuerza y habilidad, y en el que todo tiene que ser muy preciso”.

Ambos artistas, que forman junto a Raquel Doallo la cooperativa Cestola, cree que los murales “humanizan los barrios, les aportan un poco más en la parte cultural. Son una manera de transmitir emociones”.

Ama Lur

La pared del polideportivo ha sido responsabilidad de la ilustradora donostiarra Sandra Garayoa, que tiene también un mural más pequeño en Kontadores. Se dedica sobre todo a los “cómics y álbumes ilustrados”, pero también hace sus incursiones en murales.

Ama Lur acoge a los animales en una pared del polideportivo. Iker Azurmendi

La donostiarra ha aprovechado la “libertad” creadora que tenía para proyectar una imagen de su “imaginario personal”: “He representado al personaje mitológico de Ama Lur (madre tierra) y dentro están los diferentes animales”. Ha dado “importancia” al color porque es una de sus señas de identidad y porque el tamaño de la obra le “invitaba” a ello.

Sandra valora muy positivamente “iniciativas” como la de Donostia Apain porque “aporta valor e identidad al barrio. Intervenir paredes y que la gente las pueda disfrutar es bonito. Mientras lo pintaba, los comentarios de la gente eran positivos”.

Un paisaje en la cancha

El cuarto mural está en pleno proceso creativo y será “un paisaje con masas de color y un personaje flotando” en una pared de 25 metros de largo que dará colorido a una cancha de baloncesto del barrio, cuenta Jon Saenz, el comisario del proyecto e integrante del colectivo artístico Zebrak, que surgió precisamente de Kontadores y que se encarga de esta obra.

Jon Saenz y otro compañero del grupo Zebrak, en pleno proceso de creación del mural en la cancha de baloncesto. Iker Azurmendi

Jon Saenz está muy satisfecho del resultado de las intervenciones artísticas en Bidebieta. “Pintar una pared tiene sus riesgos porque puede no gustarle a todo el mundo, pero, en cualquier caso, aporta arte, la posibilidad de ver arte en la calle, algo a lo que no estamos acostumbrados. Como mínimo mejora el entorno desde el punto de vista estético”, cuenta. Y añade que sirve para que “en un futuro, vecinos piensen en la posibilidad de ceder una fichada para pintar ahí un mural”.