Donostia registró el pasado año un leve descenso en los residuos producidos, pero también una bajada mayor en la tasa de recogida selectiva. La cantidad de basura de todo tipo producida fue de 446 kilos por habitante en 2022, un 1,4% menos que en 2021, mientras que las cantidades recogidas de modo selectivo se redujeron un 2,9% respecto a 2021, y se quedaron en 183 kilos por habitante.

Así lo señala el Informe Anual del Observatorio de Sostenibilidad y Clima de la fundación Cristina Enea, que ha sido dado a conocer este miércoles por la concejala de Ecología, Marisol Garmendia, que apeló a la ciudadanía a su responsabilidad de separar los residuos y anunció que las instituciones organizarán campañas para fomentar esta práctica.

Según los datos del estudio, desde 2015 hasta 2019 la generación de residuos fue subiendo en Donostia un 1% de promedio al año, pero desde 2016 se venía observando un cierto repunte. En 2022 se contabilizaron nueve kilos menos de residuos por donostiarra que el año anterior, lo que supone un cambio de tendencia, pero "muy ligera", dice el trabajo. Los planes municipales de reducción de residuos, añade el estudio, se plantean como objetivo rebajar para 2030 un 15% el volumen total que se generaba en 2010, pero en 2022 tan solo se ha logrado reducir un 5% la cantidad de referencia.

Los objetivos municipales, además, se plantean alcanzar el 60% de reciclaje para 2025. Sin embargo las cifras aún están lejos, ya que los 183 kilos por habitante de basura separada de 2022 suponen un 41,1% de todos los residuos, mientras que el año anterior habían sido un 41,7%.

En cuanto a la recogida orgánica la cantidad fue de 5.111.570 kilos, casi los mismos que el año anterior (0,5% menos que los 5.122.650 de 2021), aunque hubo más familias adheridas al sistema voluntario de depósito en contenedores con chip. Se contabilizaron 31.529 hogares, 838 más que en el ejercicio anterior, una cifra que supone que un 40% de familias utilizan el contenedor marrón, mientras que el año anterior fueron el 30%. Los establecimientos adheridos a la separación de materia orgánica también aumentaron a 2.284, 377 más que en 2021, una subida fuerte del 18%.

El Informe Anual del Observatorio de Sostenibilidad y Clima no solo se centra en los residuos y las materias separadas para el reciclaje sino que analiza un total de 50 indicadores, que revelan que la capital guipuzcoana "sigue en óptimos índices en materias como la calidad del agua y en las superficies de zonas verdes la ciudad", señaló Garmendia.

El trabajo recalca que la calidad del agua de consumo es óptima en el 99,8% de las analíticas. Además, se observa una mejoría medioambiental en las zonas más cercanas a la desembocadura del Urumea. Entre los puentes de Loiola y Santa Catalina, sin embargo, persisten los descensos en los índices de la calidad del agua.

El consumo de agua doméstico en 2022 fue de 129 litros por habitante al día, un 6% menos que el año anterior.

La calidad del aire también sigue siendo adecuada en Donostia. Fue calificada de "buena" o "muy buena" en la estación de medición de Puio en un 93% de los días. También lo fue en el 92% de jornadas en la avenida de Tolosa, en en 91% en Añorga en el 87% en Zubieta y en 86% en Ategorrieta y Easo.

Por otra parte, el trabajo también destaca el descenso en el consumo eléctrico y de gas. La bajada en el uso de electricidad fue del 2%, por debajo del consumo registrado en 2020, en plena pandemia. El consumo de gas se redujo un 19%, lo que los entendidos achacan a las altas temperaturas registradas, así como al precio.

Presentación del Informe Anual de Sostenibilidad de 2022 N.G.

La generación de energía de fuentes renovables fue de 305 kWh/habitante, lo que supuso un descenso del 1% respecto a 2021.

Tampoco la calificación energética de los edificios fue a mejor, porque hasta 2022 solo el 7% de los inmuebles que fijaron su calificación se situaron en las categorías más eficientes (A, B o C).

En este sentido, Garmendia recordó que están en preparación comunidades de generación de energía solar tanto en Berio como en Altza y señaló que el Ayuntamiento estudia ampliarlas a distintas zonas aprovechando las cubiertas de edificios públicos para instalar las placas solares.