Muchos son las y los donostiarras que acumulan recuerdos vinculados con el Hipódromo, una instalación inaugurada el 2 de julio de 1916 y que acumula más de un siglo de historia. El hipódromo donostiarra necesita también que le lleven las riendas, de ahí que el Gobierno local aprobara el martes el pliego de cláusulas administrativas particulares para la adjudicación, por procedimiento abierto, de la concesión administrativa para la utilización privativa de dicha instalación.

En dichas cláusulas se establece que el Hipódromo se “destinará a la estabulación y entrenamiento de caballos, la organización de carreras de caballos, actividad de juego, y de hostelería”.

El Consistorio, por su parte, continuará con el vínculo que mantiene con el Hipódromo adquiriendo el compromiso de aportar los fondos necesarios, con un tope máximo de 438.000 euros, para acondicionar y mejoras las instalaciones.

Además, dedicará otra partida, en este caso no superior a los 800.000 euros, con el objeto de contribuir a la organización de las carreras en la temporada de verano. El montante total que el Ayuntamiento donostiarra reserva para dicha instalación asciende así a los 1.238.000 euros.

La concesión, según se estipula en el pliego, se otorga por un plazo de tres años, que comenzarían a contabilizarse desde el día siguiente a la fecha de formalización. Llegado el día de vencimiento del plazo, este podría ser prorrogado por mutuo acuerdo entre las partes por plazos anuales, hasta un máximo de dos años.

Un poco de historia

Tras un camino que no fue precisamente de rosas, el Hipódromo fue inaugurado el 2 de julio de 1916 por los reyes Alfonso XIII y María Cristina, que se encontraban veraneando en el palacio Miramar.

Las obras para su construcción fueron dirigidas por el arquitecto Luis Elizalde.

En aquella primera jornada de carreras, la cuarta fue la más importante, el Gran Premio de San Sebastián, que se corrió sobre una distancia de 2.400 metros con un galardón en metálico de 100.000 francos.

Recogieron los cronistas de la época que, pese a que cayó una tormenta destacable, “nadie se movió” y el hipódromo donostiarra entró por la puerta grande en el elenco de instalaciones de estas características.

Has pasado más de cien años de aquella primera carrera y el hipódromo donostiarra ha sido testigo de muchos episodios históricos desde su ubicación en Zubieta.

Celebró su 50 aniversario en 1966 entregando medallas conmemorativas a cinco personas que estuvieron presentes en la inauguración medio siglo antes, como fueron los jockeys Victoriano Jiménez y George Higson y los mozos de cuadra Luis Ataide, José Vila y Severiano Rodríguez.

También celebró a lo grande, con una amplia programación de actos, su centenario en 2016, año el que también el Gran Premio de San Sebastián cumplió un siglo de existencia, y Javier Sada le rindió también homenaje con el libro Cien años de carreras de caballos en el Hipódromo de San Sebastián 1916-2016.

Pero, además, el Hipódromo ha sido y es escenario de otros actos vinculados al ocio de la ciudad. Es sede de conciertos, como los que se programan en Donostia Festibala, el cross o entretenidos encuentros, como el Día de la Belle Époque en el 106 aniversario de su creación.

También hockey

El parking del hipódromo acogerá en un año un campo de hockey, que gestionará la Real Sociedad.

De este modo se da respuesta a la necesidad de contar con una nueva cancha para un deporte con tradición en la ciudad y cuyo proyecto viene barajándose desde hace 20 años.