El Ayuntamiento de Donostia ha urgido al servicio de Costas del Ministerio de Medio Ambiente a que autorice la ejecución del proyecto de refuerzo de la ladera del monte en el Peine del Viento, con el fin de poder retirar la valla de protección colocada en 2015 contra la caída de piedras, que sigue en el lugar por seguridad.

Aunque el proyecto para reforzar la ladera de piedra del flysch costero, que forma parte del espacio urbano más occidental de la costa donostiarra, está redactado hace meses, el Ayuntamiento no tiene permiso para llevarlo a cabo ya que la concesión de este espacio propiedad del Estado, unido al del Tenis, está caducada desde hace cuatro años, al igual que las del Aquarium y La Perla. Las tres concesiones al Ayuntamiento se encuentran ahora en un limbo normativo sin solucionar, con distintas consecuencias, entre ellas, la imposibilidad de actuar en el Peine del Viento.

Un grupo de 288 ciudadanos, entre los que se encuentran artistas como Cristina Iglesias y Andrés Nagel, han suscrito una carta, que publicó ayer NOTICIAS DE GIPUZKOA, en la que reclaman al Ayuntamiento que elimine la valla “de aspecto carcelero” del lugar y advierten de que no volverán al Peine del Viento hasta que muestre de nuevo su aspecto original.

Los firmantes recuerdan que 2024 será el año de Chillida, ya que se cumplirá el centenario del nacimiento del creador de la obra escultórica del Peine del Viento, y reclaman la eliminación de la protección que lleva ya siete años instalada, en su momento de modo provisional.

“Me duele como al que más que esté así”, señaló a este periódico el alcalde, Eneko Goia, que aseguró que llevan tiempo haciendo gestiones para que el Ayuntamiento pueda sortear la situación e iniciar lo antes posible el proyecto acordado con las familias de los autores del espacio, Luis Peña Ganchegui y Eduardo Chillida.

Goia añadió que, sin una solución de seguridad, no se puede retirar el vallado, aunque sea antiestético, y recordó que “aún hoy caen piedras, como se puede comprobar detrás de la valla”. Los responsables municipales, tanto políticos como técnicos, no quieren arriesgarse a que pueda haber algún percance si se retira la valla sin sujetar la ladera. En 2013, el desprendimiento de una roca en el Paseo Nuevo en 2013 provocó el fallecimiento un joven donostiarra. 

Precisamente en otra zona del Paseo Nuevo sigue habiendo ahora desprendimientos, por lo que hay un muro de protección de hormigón de 95 metros colocado en 2018. Se retirará una vez ejecutado el afianzamiento de la ladera, una obra que está en fase de concurso en la actualidad.

Una red adaptada

Cuando el Ayuntamiento y las familias de los creadores del Peine del Viento acordaron llevar a cabo el proyecto redactado, la arquitecta Rocío Peña, hija de Luis Peña Ganchegui, explicó que el proyecto para asegurar la ladera del Peine del Viento debería “intervenir de modo que parezca que no se ha intervenido”. Por ello, la actuación prevista contempla instalar una red de seguridad que se adapte al perfil de la roca y que esté sujeta por bulones más pequeños de lo normal con el fin de que queden más disimulados y no alteren el aspecto visual del entorno.

 Sin embargo, sin el permiso del Estado, competente en materia de Costas, el Ayuntamiento no puede llevar a cabo la obra, explican fuentes municipales. El proyecto no solo prevé el asentamiento de la ladera sino, también, el alisamiento del suelo y la instalación de nueva iluminación en la zona.

Con el fin de intentar agilizar la situación y poder abordar con celeridad la obra, el Ayuntamiento se puso en contacto con el delegado del Gobierno el Euskadi, Denis Itxaso, con el fin de que gestionase que la obra se tramitase como una actuación de mantenimiento, de modo que no afectara la situación de caducidad de las concesiones de Costas. Sin embargo, esta opción no fue aceptada por el organismo estatal, que mantiene dentro de la misma concesión el espacio del Peine del Viento y el Tenis, por lo que el Ayuntamiento sigue a la espera de una solución.

Además de que en 2024 se celebrará el año de Chillida, el Ayuntamiento busca que el Peine del Viento sea declarado Patrimonio de la Humanidad por parte de la Unesco. El Gobierno Vasco lo declaró en 2019 conjunto monumental y el Ministerio de Cultura debe otogarle la máxima categoría para optar a ser candidato a los lugares Patrimonio de la Humanidad.