La aparición de un radar de control de velocidad en la zona de Atotxa Erreka, que resultó ser falso, fue aplaudido este lunes por un grupo de vecinos, que creyeron inicialmente que era real, mientras que fue criticado por otros. El nuevo barrio, situado en una ladera, con una carretera en cuesta se ha ido poblando en los últimos años.

Quienes apoyan la iniciativa dieron a conocer por medio de una carta su agradecimiento al Ayuntamiento, al que llevan tiempo solicitando el aparato de control de velocidad, sin saber que la caja situada en una finca particular de Atotxa Erreka Bidea, es falsa y ha sido instalada por un particular, con el apoyo de otros residentes cercanos.

El Consistorio confirmó a este periódico que no ha instalado el aparato, ya que está preparando el pliego de condiciones para sacar a concurso su colocación en el futuro.

La satisfacción de algunos vecinos por la presencia del aparato simulado, sin embargo, no fue compartida por otros. Uno de ellos mostró mostró su indignación por la situación.

Los defensores del radar aseguraron que es frecuente que algunos conductores circulen por la carretera en cuesta de Atotxa Erreka a velocidades superiores a los 30 kilómetros por hora permitidos, con el consiguiente peligro.

La nueva zona de viviendas, donde residen ahora unos 600 vecinos, tiene acceso tanto por el polígono de Zuatzu como por la rotonda de Añorga Txiki y el tráfico ha aumentado notablemente en los últimos tiempos.

La instalación del medidor de velocidad simulado fue denunciada por otros ciudadanos. Creen que la colocación de un radar falso puede ser “peligroso” ya que su aparición obligaría a frenar bruscamente, tal como señaló a este periódico un residente de Atotxa Erreka contrario a la medida.

El vecino que ha colocado la caja con color verde fosforito y la señal de 30 fue conminado días atrás por la Guardia Municipal a retirar el aparato, pero él se negó, dijo que estaba en un recinto privado y que había sufrido “varios sustos” al salir de casa, porque “la gente va muy rápido”.

Uno de los donostiarras que apoya la iniciativa del radar falso anunció que la idea es de varios vecinos y que el que lo ha colocado no tiene intención de eliminar la caja hasta que el Ayuntamiento no aporte una solución al exceso de velocidad en la zona. Asimismo, aseguró que el dispositivo de pega persigue “poner el problema sobre la mesa”. 

Badenes

“Tendrán que decir qué reglamento infringe esto para que sea retirado”, manifestó a este periódico un defensor de la medida, para añadir que no tienen intención de retirar la caja simulada hasta que el Ayuntamiento coloque badenes o alguna otra solución para reducir la velocidad. “Pedimos que estén los municipales un minuto y vean cómo pasan los coches a 80 y 90 por hora. Hay niños y cualquier día va a haber una desgracia”, dijo.

 “Atotxa Erreka Bidea se ha convertido en una vía rápida en la que no se respeta la limitación general de Ciudad 30 para Donostia y es, de facto, el acceso alternativo al polígono de Zuatzu”, explica uno de los vecinos del barrio, que añade que “todas las mañanas decenas de coches toman esta calle residencial para ir al parque empresarial y evitar las retenciones que se crean en Igara”. Según asegura, esto se produce mientras muchos escolares bajan caminando hacia la ikastola y se dan situaciones de peligro en los pasos de cebra.

Según explican distintos residentes, la reparcelación y urbanización de terrenos y viales de esta zona de Añorga fue costeada íntegramente por los particulares propietarios del suelo y el plan de urbanización fue supervisado por la oficina técnica municipal. El Ayuntamiento de Donostia, pues, recibió las parcelas totalmente urbanizadas en 2008, con badenes de goma en los pasos de cebra.

Pero los badenes de goma han ido siendo retirados por el Ayuntamiento a medida que se han sido soltando y, actualmente, no hay medios físicos que impidan ir a demasiada velocidad, lo que propicia que los coches vayan demasiado rápido, según la queja de algunos.