La ciudad de Donostia está compuesta por una gran parte de zonas llanas, las más cercanas a la costa, y un buen número de barrios altos, en los que se localizan las cuestas más pronunciadas. Aunque algunas vías de la capital guipuzcoana se llevan la fama en cuanto a sus pronunciadas pendientes, las auténticas campeonas son las calles Zemoriya (en la falda de Ulia), la cuesta de la calle San Antonio (en Herrera) y Konkorrenea (en Egia), que ocupan los tres primeros puestos en el medallero de inclinación urbana.

La calle Zemoriya, que une la avenida de Navarra con el monte Ulia, tiene distintos tramos de rampas entre los que se encuentra la más pronunciada de toda Donostia, con un 28,29% de inclinación, según la cartografía oficial de la ciudad. Muchos asiduos al monte Ulia conocen esta calle, que empieza con un único ramal y se divide después en dos ramales, que se cierran sin salida. El que lleva a Ulia termina con unas abruptas escaleras y un camino peatonal, sin opción para los vehículos.

El segundo puesto lo ocupa la calle San Antonio, una vía que une la calle Luis Pradera con la plaza de San Luis, en Herrera, y que permite el tráfico rodado en toda ella excepto en la denominada cuesta, entre los números 23 y 72. Este tramo que une el grupo Montesol y la plaza principal de Herrera tiene suelo de adoquín. lleno de hierba, y escaleras, además de una barandilla para agarrarse y es la conexión directa para el Topo.

En el tramo adoquinado de San Antonio la pendiente llega a ser del 19,74%, muy por encima del cercano camino de la Ermita, donde el Ayuntamiento ha renovado recientemente el tramo más bajo con nuevas baldosas de mayor relieve, con el fin de evitar los frecuentes resbalones y caídas que afectan a los viandantes. Este camino, que une el paseo de Herrera con Roteta, tiene una pendiente máxima del 10,73% y es muy utilizado por los vecinos de Altza para conectar de modo peatonal con la estación de Renfe, situada muy cerca de su arranque, y las paradas de autobús.

La tercera posición en inclinación urbana la ocupa la cuesta de Konkorrenea, que vence por poco a su hermana, la otra cuesta fuerte de Egia, Aldakoenea, que se queda en la cuarta posición. Konkorrenea, que une la calle Egia con Aldakoenea atravesando toda la zona alta de la loma donde se ubica la residencia de mayores, tiene una pendiente del 19,5% en uno de sus tramos, mientras que Aldakoenea (entre Duque de Mandas y la plaza de Polloe), se queda en el 19%. No obstante, esta larga calle cuenta con tramos del 18%, del 14% y del 10%, por lo que muchos, especialmente los egiatarras, consideran que es la calle más empinada de Donostia. Uno de los tramos de Kokorrenea supera a Aldakoenea, pero en el resto de sus zonas se queda en el 10%.

También se localizan repechos fuertes en el camino de Atotxa Erreka, una larga senda anteriormente rural, que se está poblando de nuevas viviendas y que llega a tener rampas del 17,5% en alguno de sus tramos. Esta vía arranca en la avenida de Añorga y se eleva por la zona en cuesta hasta el caserío Parada, en las inmediaciones del camino de Markotegi.

El ranking de calles donostiarras en las que las piernas tienen que trabajar más sigue con Izoztegi, el vial entre Morlans y Aiete, que llega a alcanzar una inclinación del 19,9%. Este camino es poco transitado por peatones y lo es más por vehículos, aunque dispone de una acera para los viandantes.

En el camino de Molinao, en la confluencia con Pasaia, se sitúa otra cuesta fuerte, en concreto con un 15,5% de pendiente en alguna de sus zonas, solo un poco más aguda que el 14,48% de la cuesta de Murgil, que llega a Igeldo. Esta rampa se ha hecho conocida en los últimos tiempos por formar parte del trazado de la carrera ciclista Clásica San Sebastián, cuyos corredores tuvieron que echar el resto para pasar por esta vía.

La cuesta de Lizardi, en Intxaurrondo, por su parte, es la envidia de algunos donostiarras ya que fue dotada de escaleras mecánicas hace unos años, para facilitar el paso por su pendiente, del 12,8%. Otras calles donostiarras también superan el 10% de inclinación como, por ejemplo, la calle Ederrena, en Herrera, con un 11,8%; la calle Egia, con un 11,3%; el paseo del Faro, con un 10,43%; y Gabriel Aresti, en la zona alta de Egia, con un 10,7%.

Además de estas, hay muchas otras vías donostiarras que superan el 6% de pendiente, la inclinación aceptable en la actualidad según las actuales normas de accesibilidad.

Por ejemplo, el paseo de la Fe, en Aiete, llega a tener un 7% de inclinación; Txapinene, en Altza, un 8,2%, y el camino de Lorete, en el mismo barrio, un 6,8%, entre muchas otras sendas donostiarras alejadas del Centro.

Zemoriya. Esta senda que empieza en la avenida de Navarra llega a tener un 28% de pendiente en su zona final.

San Antonio. La parte de la calle San Antonio, conocida como la cuesta, que une Montesol con Herrera tiene casi un 20% de inclinación.

Konkorrenea. Esta calle que atraviesa la zona alta de Egia tiene un tramo del 19,5% de inclinación.

Aldakoenea. La cuesta de Egia tiene una pendiente máxima del 19%, aunque tiene tramos del 18%, el 14% y el 10%.

Izoztegi. El vial Amara-Aiete tiene una inclinación del 19,9%.

Atotxa Erreka. Este antiguo camino rural de Añorga, ahora espacio residencial con chalets, contiene rampas del 17,5%.