Septiembre, al igual que octubre, mayo y junio, son los meses por excelencia de las excursiones en Donostia, como se puede comprobar estos días en un paseo matutino por el Centro y la Parte Vieja. 

Sin embargo, la regulación del fenómeno, que puede resultar agobiante para los residentes en determinados momentos y lugares, no se puede abordar sin saber exactamente cuántas personas o grupos pasan el día en Donostia de modo habitual.

Así lo explicaron a NOTICIAS DE GIPUZKOA fuentes de Donostia Turismo, que prevén llevar a cabo un estudio sobre el excursionismo analizando distintos factores como, por ejemplo, las llegadas de grupos de visitantes a la estación de autobuses de Atotxa, entre otros. Sin embargo, recalcan, esta fórmula no será suficiente para conocer la realidad de fenómeno, ya que los autobuses de excursiones descargan a sus pasajeros también en otros lugares habilitados para ello, como la carretera situada junto a la iglesia de San Sebastián Mártir, en El Antiguo, así como en lugares no permitidos por el Ayuntamiento.

Recientemente, el alcalde, Eneko Goia, señaló que la presión turística que muchas veces molesta al vecindario llega precisamente de los grupos de visitantes de un día, que pueden ser tanto vecinos de localidades cercanas como turistas llegados de lejos, que no están alojados en la ciudad.

Las cifras de personas hospedadas en hoteles, pensiones y otros establecimientos sí se conocen porque existen datos fiables, pero no así los de los particulares que vienen a pasar la jornada o los grupos organizados de hasta medio centenar de personas que también visitan la ciudad.