La asociación en pro de la conservación del patrimonio Áncora ha presentado una instancia al Ayuntamiento de Donostia en la que pide que evite la destrucción de la fachada del histórico comercio La Esperanza, de la calle Loiola, que ha cerrado sus puertas recientemente tras mantener su actividad desde 1910, dedicado a la ropa del hogar e infantil. La Esperanza fue uno de los veinte comercios centenarios de Donostia que recibió un homenaje del Ayuntamiento hace ocho años.

Áncora presenta la solicitud al departamento de Urbanismo, ya que teme que se destruya el clásico aspecto de la fachada del comercio, que no está protegida por el Plan Especial de Patrimonio Urbanístico construido (Peppuc). "Se han iniciado unas obras de remodelación cuyo objeto y alcance concreto se desconocen todavía. Al exterior se ha instalado un vallado que oculta completamente su envolvente e induce a temer la destrucción de la fachada comercial", señala la entidad.

Ancora considera que la tienda, ubicada en el número 11 de la calle peatonal, "posee actualmente un tratamiento unitario y coherente, como consecuencia de una intervención realizada en el año 1928 que abarcaba tanto el local comercial como el portal colindante". "En caso de suprimirse el revestimiento marmóreo que cubre la tienda, permanecería dicho acabado solamente en el portal de acceso a las viviendas, originándose una discordancia poco grata a nivel estético", estima.

Según recuerda la asociación defensora del patrimonio, Tejidos La Esperanza fue fundada por Micaela San Juan en el año 1910 y sido

atendido por cuatro generaciones de la misma familia. "Es uno de los pocos comercios históricos que quedan en San Sebastián", añade.

El local que ocupa fue diseñado en el año 1913 por el arquitecto Augusto de Aguirre, que le dio su actual figuración en tres partes. En 1928 se le añadió el revestimiento de mármol, incluido el portal contiguo. "Ha mantenido inalterada su imagen casi durante un siglo, constituyendo una permanencia urbana asociada a la memoria colectiva", dice Áncora.

La entidad recuerda que este es uno de los pocos comercios clásicos que quedan en la capital guipuzcoana, donde las franquicias han ido tomando terreno en detrimento de las tiendas de siempre , que han sido cerrando, "un fenómeno que produce rechazo e inquietud generalizada". "En el caso de La Esperanza, su desaparición del paisaje urbano sería una pérdida muy sensible, por ocupar una posición central, en la principal arteria comercial de la ciudad", agrega.

Áncora explica que las Ordenanzas Generales del Peppuc establecen la posibilidad de dejar a salvo modificaciones posteriores al proyecto original (como el añadido de los mármoles) que no estén expresamente protegidas, "siempre que obedezcan a actuaciones integrales propias de su época o posean un significado para la memoria colectiva". Asimismo, añade que en el caso específico de los locales comerciales introduce un “criterio complementario” que permite consolidar la configuración actual de sus huecos aunque no guarden las leyes de composición de las plantas altas, siempre que respondan a “intervenciones posteriores que se estimen adecuadas”.

Muebles Eceiza, oculta actualmente por un vallado de obra. Iker Azurmendi

Basándose en estas excepciones, y por su "calidad objetiva" y "atractivo estético evidente", Áncora pide al departamento de Urbanismo que “indulte” esta fachada, como hizo con los comercios históricos “Boulevard 15” y “Muebles Eceiza”, a quienes aplicó una excepción que, de otro modo, hubiera conllevado el desmantelamiento de sus revestimientos de mármol.