Los fuegos canarios volverán a iluminar la bahía donostiarra esta noche tras más de diez años de ausencia. Lo harán de la mano de la Pirotecnia San Miguel, una compañía familiar en la que "el saber y la destreza con la pólvora se ha trasmitido de una generación a otra". Según presenta Donostia Festak, "la filosofía de pirotecnia San Miguel es clara: realizar fuegos artificiales no es solamente quemar pólvora, es amar el trabajo, reconocer una tarea bien hecha y sentir el aplauso del público. Los fuegos artificiales y espectáculos pirotécnicos son sinónimo de ilusión, de admiración, de belleza, de celebración y de gozo para el alma".

La empresa situada en una ladera del Barranco de San Miguel, en Valsequillo (Gran Canaria), aprovecha las condiciones óptimas de las cuevas naturales existentes como almacenes.

Debut desde una escuela canaria con tradición en Donostia

La Pirotecnia San Miguel debutará esta noche en la capital guipuzcoana, aunque el escenario no es ni mucho menos nuevo para los fuegos canarios. Pirotecnia Teide, de Santa Cruz de Tenerife, fue un habitual a finales de los 70 y comienzos de los 80 (en 1978 se hicieron con la Concha de Bronce) y su testigo lo cogieron los Hermanos Toste en 1991, en el 2000 y en 2008. En su segunda participación, hace 22 años, la Concha de Plata voló a Canarias.