La Guardia Municipal de Donostia acudió este martes al paseo de Arriola, donde el conflicto generado entre los vecinos de los portales 15 y 17 y el alojamiento en obras que se habilita en el semisótano, vivió un nuevo capítulo de enfrentamientos.

Alertada de la situación, la Policía local levantó acta del estado de la cuestión y del motivo que originó el conflicto: la demolición, por tercera vez, por parte de los operarios del hostel, del muro colocado con una puerta por la comunidad de vecinos en un pasillo común, que los promotores del albergue pretenden que sirva como vía de evacuación del alojamiento. 

Según denunciaron los vecinos, la destrucción de la puerta por tercera vez supone un nuevo paso en el conflicto porque los promotores del nuevo hostel no admiten el rechazo de la comunidad de vecinos al uso del pasillo como vía de evacuación.

Fuentes del Ayuntamiento de Donostia, que hace un año dio licencia de obras para la creación del alojamiento de 26 habitaciones y 220 camas, recalcaron que para que se habilite una vía de evacuación en elementos comunes del edificio, el alojamiento debería haber obtenido el permiso de la comunidad de vecinos. 

Sin embargo, esta se ha negado a otorgarlo ya que considera que podría conllevar un gran trasiego de gente al establecimiento. De hecho, este es uno de los motivos por los que los vecinos del edificio rechazaron en su momento la instalación del albergue y acudieron a los tribunales en contra del proyecto, después de que el recurso presentado contra la licencia municipal de obras no fuera aceptado.

En esta situación de conflicto y para evitar que el pasillo sirva como salida de emergencia del establecimiento, la comunidad de vecinos pidió permiso al Consistorio para colocar la puerta y éste se lo concedió.

Los vecinos sostienen, además, que los promotores del hostel también han llevado a cabo otras actuaciones sin permiso, como salidas de humos y ventilaciones, por lo que el enfrentamiento entre las partes no ha dejado de crecer.

Por el momento, el Ayuntamiento no ha otorgado ni la licencia de actividad al albergue ni la de primera utilización, por lo que la instalación destinada a visitantes no puede comenzar a funcionar. Para que el Consistorio firme el permiso de funcionamiento, todas las normas deben cumplirse, algo que, por el momento, no ha sucedido.

TODOS LOS REQUISITOS

Un grupo de vecinos de las torres en cuyo semisótano se ha creado el espacio de alojamiento asistieron a la última sesión plenaria para protestar por la situación. En el Pleno, todas las formaciones políticas apoyaron una moción presentada por EH Bildu y Elkarrekin Donostia, que reclamaba “que la actividad no empiece a funcionar sin contar con todos los requisitos legales para ello y sin tener todos los informes municipales favorables”.

La concejala de Urbanismo, Nekane Arzallus, señaló que el Gobierno municipal apoyaba la moción porque solicitaba lo que ya se estaba haciendo. “Estamos de acuerdo porque ya lo hacemos, no porque haya que hacerlo”, recalcó la corporativa, que recordó que existía un control continuo sobre las actuaciones que se desarrollan en el lugar.

El hostel, según algunos vecinos, preveía abrir sus puertas el pasado 1 de julio, pero no pudo hacerlo, a pesar de que ya tenía reservas de grupos para utilizar las instalaciones. Una de ellas era la Donosti Cup, que finalmente, en vista de que el espacio no tenía trazas de abrir sus puertas a tiempo, optó por reubicar a los grupos de jóvenes futbolistas que iban a acudir a la instalación.