Lo difícil, "atraer a las personas que ni están ni se les espera"
Acompañar en el aprendizaje y diagnosticar las necesidades de las personas mayores, clave del éxito
“La digitalización es una responsabilidad compartida. No radica solo en que las administaciones organicen acciones de capacitación, sino que quien esté digitalizando entienda cómo va a llegar a la gente y qué necesita. Y también es responsabilidad de las personas hacer el esfuerzo en la medida en que se pueda”, desarrolla Salaberria.
“El proceso de digitalización si no es acompañado va a aumentar las desigualdades y la exclusión”, insiste la responsable de Lagunkoia y puntualiza que esta necesidad no es solo cuestión de edad, porque “hay jóvenes que se manejan muy bien en instagram y no saben cursar una solicitud a Lanbide”. “Lo digital facilita las cosas, pero las personas seguimos siendo necesarias”, insiste.
Además, hay que ayudar “a romper la barrera”, muchas veces emocional, de quienes piensan que han llegado tarde a este aprendizaje. Hay que tomar en cuenta que “hay personas que están muy lejos de todo esto, y son nuestra principal preocupación”, destaca. La clave “es saber cómo llegar y conectar con estas personas. Que sepan que siempre se puede aprender”.
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Para poder avanzar de forma más coordinada se ha puesto en marcha una mesa en la que comparten experiencias y analizan oportunidades y fallos las entidades e instituciones que trabajan en el área de la digitalización de mayores. En ese espacio se encuentran, entre otros agentes, Acción Social del Ayuntamiento, Fundación Matia, Nagusilan, Izarbide, KZgunea y APTES.
Este grupo, aún sin nombre oficial, quiere trabajar en la elaboración “de una estrategia conectada” con la que avanzar hacia “la equidad digital”, teniendo presente siempre “que hay gente que se puede quedar atrás”.
En la labor de diagnóstico se ha constatado que todavía queda mucho por hacer para que “la gente conozca los recursos que existen”, por lo que “hay que activar una línea de trabajo sobre las estrategias a utilizar en ese sentido”.
Además, se ha detectado la importancia de conocer cuáles son las necesidades y las carencias de las personas mayores que se quiere que participen en ese proceso de digitalización para no generar frustración, dejando de activar iniciativas que no llegan a buen puerto por no ser útiles.
Pero, si algo es fundamental, es lograr “atraer a las personas que no están ni se les espera”. Para ello se quieren explorar las posibilidades de atracción del apredizaje del uso de los dispositivos de voz. “Estamos pensando poner en marcha actividades en los hogares del jubilado estilo Café con Alexa, para que en grupos y de manera informal puedan aprender de forma más cómoda”.
En resumen: dar a conocer los recursos, diseñar una pauta para que a quienes se encarguen de la digitalización les resulte más sencillo definir cuál es el perfil de las personas a las que se dirige cada acción e iniciar pequeñas experiencias con los dispositivos de voz son las actuaciones que se sitúan en la línea de partida de dicho foro. La prioridad, conseguir que se suban al tren “las personas que por motu propio no llegan”.
“Además es muy importante que este grupo nos sirve para establecer estrategias conjuntas y puede funcionar de puente entre una oferta y otra, se puede guiar, acompañar, a la persona usuaria de un recurso a otro”, destaca Arzelus.
“El mensaje tiene que ser que cada uno puede aprender a su nivel, siempre se puede”, concluyen