n el reciclaje y la reutilización, entre otros aspectos, se halla la clave para frenar y, en la medida de lo posible revertir, la loca carrera del planeta hacia su destrucción por exceso de uso.

La de la moda es una industria altamente contaminante y cada vez son más las voces que se alzan y las iniciativas que se activan en pro de la sostenibilidad en este sector.

En Gros, en el número 16 de la Gran Vía, Ana Inés de la Rosa abrió en noviembre de 2021 un nuevo comercio, Maodonostia, "con ropa de segunda mano y vintage de calidad, en buen estado" y que contribuya a que la moda deje menos rastro.

De la Rosa llegó a Euskadi de Argentina, de la provincia de Buenos Aires, hace tres años. "Llegué con un proyecto de trabajo y otro personal. Comencé haciendo colaboraciones con marcas de la zona, mostrando las nuevas colecciones pero con mi propia interpretación de la marca, lanzando un mensaje diferente, que es lo que me motiva".

Durante la pandemia comenzó a darle vueltas a su proyecto más personal y en noviembre de 2021 abrió las puertas de Maodonostia, una tienda en la que vende ropa de segunda mano y vintage. "Comencé vendiendo mi propia ropa a través de una aplicación y comprobé que eso funcionaba", explica.

Ese fue el primer paso antes de abrir su comercio. "Integré mis conocimientos como estilista con lo que me motiva, que es reciclar y apoyar la moda sostenible". Comenzó en mercadillos "con artistas conocidas y amigas, con otras emprendedoras" y después dio el paso con Maodonostia.

Llegó de Argentina con experiencia previa, pues tuvo comercios de ropa "con un concepto diferente" al actual. Como lo hace ahora, también entonces prestaba gran atención a asesorar a sus clientas.

Ya en Donostia tuvo claro el camino a seguir. "Fui muy consciente de lo que se desperdicia, de lo poco sostenible que es la industria de la moda. Por ejemplo, cada prenda viene en una bolsa y en una percha de plástico de tan mala calidad que no puede reutilizarse", añade.

"Esto no me hace sentir feliz y replanteé mi trayectoria hacia otra dirección. A la gente que entra le gusta lo que ve, me dicen que tiene un aire a Londres, a Barcelona, que es distinta", abunda.

Cuida mucho la selección de prendas que comercializa y trabaja también "la economía circular". "Hay clientas que me traen su ropa, de muy buena calidad y marcas interesantes, que cojo en depósito y vendo. La gente recupera parte del dinero que gastó y yo también gano algo", destaca.

Comenzó comprando la ropa en Barcelona y fue después buscando en mercadillos y sobre todo, hallando las prendas que le gustan en Internet. "Es cuestión de saber buscar y saber encontrar buenos precios y calidades".

De la Rosa dedica mucha energía a alimentar su presencia en las redes sociales y participa asimismo en DSS Market Plaza.

El publico donostiarra comienza, poco a poco, a animarse con el mundo de la segunda mano, siempre que se trate de ropa de calidad y bien cuidada. "Se mira el precio pero mucho la calidad. Si la ropa no está bien cuidada, la gente la mira con recelo. En mi tienda comprueban que la relación calidad-precio es buena y a veces hasta me preguntan si las prendas son nuevas".

La mayoría de sus clientas "apuestan por la moda sostenible", pero De la Rosa también se encarga de explicar "el sentido del proyecto" a aquellas personas que llegan sin tener tan clara esa apuesta.

"Generalmente son clientas de 30 años en adelante, aunque empieza a acercarse gente más joven y les gusta", añade. La gente del barrio también va conociendo su propuesta. "Comienzan a venir las vecinas y estas ayudan con el boca a boca. La gente de un barrio si le gusta lo que hay y disfruta del trato personal es muy fiel", añade.

"Yo estudié Bellas Artes, aunque no acabé los estudios y también integro ese conocimiento a mi actividad", informa. Eso se nota, añade, cuando la clienta entra la tienda. "Aporto creatividad" e ideas para que una persona pueda vestir con prendas de segunda mano en cualquier situación, desde eventos de compromiso a citas informales. "Les ayudo a que encuentren su estilo. Si vienen frecuentemente voy descodificando su estilo pero también doy citas personalizadas para analizar qué es lo que le gusta, cuáles son sus actividades etc. Se puede ir elegante, a la moda y ser diferente a los demás con ropa de segunda mano".

Diseño, calidad, buen tejido... Estos son los principales ingredientes del menú de Maodonostia. "Quiero que mi marca conecte con mis valores y poder dar ese mensaje de eres único, se tú", destaca.

Además, señala, "cuando hacemos prueba de ropa me inspiro en series o películas, me gusta la temática cinematográfica, dándole mi toque y visión ".

"Lo que me parece muy importante es llegar a los más jóvenes, que compran mucha ropa china por Internet de mala calidad que a los dos días dejan de ponerse. La fast fashion contamina, esconde explotación, no se puede reutilizar porque no tiene calidad", subraya.

Además de la creatividad con la que guía su quehacer en la moda, De la Rosa también aplica el concepto de aprovechamiento, de reutilización, en los cuadros que realiza y que muestra en su comercio.

Además de grabados y esculturas con cincel, De la Rosa pinta cuadros con relieve en los que usa materiales tan diversos como botones, piezas sueltas de collares, cables de lámparas, plástico etc.

También customiza prendas "bordándolas o haciendo intervenciones de pintura" y monta collares y pendientes, todo ello en su tienda que califica como "atelier".

"Quiero llegar a los más jóvenes, que compran ropa de mala calidad que casi no se ponen"

Estilista y dueña de Maodonostia