Un Uruema el doble de ancho
Una primera fase de las obras para reducir el riesgo de inundaciones en Martutene ha ampliado ya el cauce del río y se completará en noviembre con el derribo de la vieja pasarela de El Pilar y del puente del barrio. En verano, funcionará el nuevo.
El Urumea a su paso por la zona de El Pilar en Martutene ha doblado su anchura y alcanza ahora los 50 metros en algunos puntos. Los trabajos emprendidos por la Agencia Vasca del Agua, Ura, para reducir el riesgo de inundaciones en la zona avanzan con celeridad y prosigue la eliminación de tierras en ambas márgenes para completar el ensanchamiento.
La consejera de Ordenación Territorial y Medio Ambiente, Ana Oregi, y el alcalde de Donostia, Eneko Goia, acudieron ayer a ver la evolución de una primera fase de los trabajos que, según el calendario previsto, habrá terminado en verano de 2016. A la visita también asistió el director de Ura, Iñigo Ansola, quien recordó que la mayor anchura del río “incidirá en una mayor capacidad para desaguar las crecidas”.
Por el momento, puede apreciarse ya la nueva pasarela peatonal del Pilar situada a 30 metros aguas abajo de la vieja y con una luz mucho mayor, ya que el río ha sido ampliado en este punto. Este paso se abrirá a los viandantes entre la segunda y la tercera semana de noviembre, momento en el que se demolerá la vieja pasarela y también el puente de Martutene, por el que pasa todo el tráfico en la actualidad. La alternativa para coches y autobuses será utilizar el paseo de Sarroeta, habilitado ya para ello, hasta el puente del Polígono 27. Los peatones, por su parte, deberán caminar por el camino de Okendotegi.
El jefe de obra, Eduardo Sancho, explicó que la construcción de los muros a ambos lados del río está muy avanzada y que la actuación se completará con un tanque de tormentas cerca del futuro puente de Martutene, que se ubicará en el mismo lugar que el actual y que ya se está construyendo en los talleres. Asimismo, los tres puntos de bombeo de agua en la actualidad (El Pilar, Sarroeta y Artolategi) se centralizarán en uno solo con el mismo objetivo de evitar las inundaciones.
Tanto Goia como Oregi mostraron su satisfacción por el avance de los trabajos y pidieron a los vecinos “paciencia y comprensión” por las molestias en el tráfico derivadas de los trabajos, que tienen un coste de 19 millones de euros.
Asimismo, el regidor donostiarra recordó que sucesivas corporaciones han apoyado de modo unánime la ejecución de las tareas para evitar que el río se adentre en las viviendas y locales de Martutene de modo periódico y avanzó que el Consistorio seguirá apoyando las futuras fases de obra, que proseguirán una vez terminada la actual, en verano de 2016, y comenzarán a la altura del nuevo puente de Martutene. “Es una oportunidad para la mejora urbana, ya que van a influir en la regeneración de la zona que también gana en conectividad con el acceso al centro de la capital”, destacó el mandatario.
A su vez, la consejera recordó que el encauzamiento del río y la sustitución de los puentes de El Pilar y Martutene son actuaciones necesarias para incrementar la seguridad ante inundaciones en Donostia “puesto que, además de incrementar los umbrales de seguridad en el entorno inmediato de Martutene para crecidas con periodo de retorno de 500 años, la mejora de la capacidad hidráulica redundará muy significativamente en el descenso de la lámina de agua aguas arriba”. A pesar de ello, la consejera recalcó que “el riesgo cero ante las crecidas no existe”, pero insistió que las obras, ya para este próximo invierno, darán una mayor seguridad a los vecinos de Martutene.
molestias soportables La visita de los responsables institucionales fue contemplada ayer, a cierta distancia, por algunos vecinos del barrio, que han sufrido en numerosas ocasiones el efecto de las crecidas del agua en sus hogares y locales. Martín, propietario de locales en la zona, se mostraba muy contento de que avanzaran los trabajos y consideró que “en los últimos tiempos parece que han dado un arreón”.
Ana, otra vecina del bario, consideraba “fenomenal” que por fin se apreciara la pasarela nueva de El Pilar y que la maquinaria trabaje sin descanso. Además, quiso agradecer la labor del anterior alcalde, “que ha movido todo”.
Isidro, por su parte, subrayaba también la intensidad de los trabajos y confiaba en poder comprobar los efectos de la obra cuando llueva. Junto con él caminaba José Yaben, Medalla al Mérito Ciudadano de 2005, precisamente por su labor frente a la asociación vecinal que reclamaba una actuación contra las crecidas. “Ahora sí que estamos contentos porque la cosa parece que va rápido”, afirmó este conocedor de la problemática del barrio. “Las molestias por los desvíos de las obras no creo que importan a nadie; es lo de menos”, señaló.
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