Se hace llamar Fermín, ronda los 65 años y no llama la atención por su aspecto, ya que es un hombre bien vestido y aseado. Dice pertenecer a la asociación de vecinos de Amara Berri y se pasea por los establecimientos del barrio pidiendo dinero para un supuesto torneo de fútbol que organiza la corporación. Fermín puede sonar muy convincente, pero no se dejen engañar. No pertenece a la asociación, ni desde ésta se está organizando un torneo de fútbol, según confirma su presidente, Iñaki Olasagasti.

Todo comenzó la semana pasada, cuando a un miembro de la asociación de vecinos le preguntaron por el supuesto torneo de fútbol que se celebraría en las próximas fiestas del barrio -las fiestas del Carmen, del día 10 al 19-, donde es habitual que Amara Berri Auzo Elkartea pida dinero a los vecinos para llevar a cabo el programa. Fue entonces cuando surgieron las primeras dudas, ya que la asociación este año no organiza ningún torneo de fútbol, únicamente un partido de baloncesto.

“Me asombré cuando me lo comentaron y decidí pasarme por los bares del barrio y preguntar si les habían pedido dinero para el supuesto torneo de fútbol. Todos me decían que ya habían hecho su aportación, que un compañero mío se había pasado a pedir dinero. Ahí me di cuenta de que había alguien que los estaba estafando”, recalca una de las encargadas de organizar el programa de fiestas de Amara Berri. “No solo se encarga de timar, sino que encima deja a la asociación de vecinos en muy mal lugar”, añade.

El bar Divinum de Amara es uno de los establecimientos estafados por Fermín. Una de las trabajadoras del bar, Arantxa Albeniz, fue el nuevo objetivo del estafador, que hacía pasarse por un conocido. “Me saludó como si fuera un amigo de toda la vida; me dijo Buenos días Arantxa’ muy majo”, recuerda Albeniz. “Le pregunté si nos conocíamos y me dijo que sí, parecía que era cierto si se sabía mi nombre”, añade. Tras insistir, el hombre aseguró que el año pasado estuvieron hablando, que pertenece a la asociación de vecinos de Amara Berri y que estaba pasándose por los bares de la zona para recoger los donativos para el torneo.

“Me metió tanto rollo que le creí”, asegura Albeniz, que directamente le preguntó cuánto dinero tenía que darle. Acto seguido Fermín le enseñó una hoja donde llevaba apuntada qué cantidad de dinero le había dado cada establecimiento, donde Albeniz pudo ver que las supuestas donaciones rondaban los 20 y 50 euros. “Yo no me acuerdo cuánto le di, creo que unos 20 euros aproximadamente, no mucho dinero. Vi algo en él que no me cuadraba, no le conocía de nada”.

No obstante, Fermín tenía bien preparada su estafa, ya que, para hacerla más creíble aún, procedió a darle a la camarera un papel que supuestamente hacía la función de recibo.

“Tampoco conozco a todo el barrio”, afirma Arantxa, decepcionada: “Qué iba a saber yo que me estaban timando”.