donostia - El edificio de la Cofradía del puerto donostiarra, ubicado junto a Untzi Museoa, se halla envuelto en una malla desde hace varias semanas con el fin de evitar desprendimientos al exterior. El inmueble, que acoge las oficinas de Puertos de Gipuzkoa, cuenta con un proyecto de rehabilitación redactado por el arquitecto Manuel Atristaian y la ingeniería Landabe, que prevé una reforma profunda del edificio para, entre otras cuestiones, eliminar la fuerte corrosión que le afecta.

Sin embargo, aún se desconoce cuándo podrán comenzar estos trabajos, según explicó a este diario la directora de Infraestructuras del Gobierno Vasco, Almudena Ruiz de Angulo, que explicó que las obras previstas tienen un coste aproximado de 600.000 euros y “su inicio solo depende de la necesaria disponibilidad presupuestaria”.

En la actualidad, el edificio, de finales de los años 20 del pasado siglo, presenta deterioros graves en fachada, así como en la cubierta, que han aconsejado envolverlo en una malla protectora para evitar posibles accidentes, una actuación idéntica a la llevada a cabo en el edificio del Bellas Artes. La malla permanecerá colocada hasta que comiencen las obras de rehabilitación. Ruiz de Angulo agregó que “pese a su estado, y aunque la distribución ya no es funcional y existen problemas de corrosión en la estructura, no existe riesgo para los trabajadores que día a día desempeñan ahí su labor y por tanto, no se ha desalojado”.

La rehabilitación prevista consistirá en retirar la fachada mediante una estructura de andamios y vaciar el interior para ejecutar una nueva estructura que posibilite una distribución “más acorde a los usos actuales” y al mismo tiempo, sanear completamente la corrosión.

El edificio de la Cofradía, donde ya no existe lonja de pescado como sucedía en el pasado, es un inmueble de planta rectangular, adosado a la ladera del monte Urgull. Tiene tres pisos sobre rasante y un tejado a cuatro aguas. La planta baja alberga locales de uso comercial a los cuales se accede por unos grandes huecos en arco, y donde estaba la lonja de pescado hasta la construcción del pabellón conocido como portaaviones. La reforma de este edificio también están contemplada en los planes del Gobierno Vasco aunque, por el momento, se halla retrasada por motivos económicos.

El acceso al edificio de la Cofradía se sitúa en el chaflán. Una tortuosa escalera lleva al primer piso, donde se celebran algunas reuniones de la Cofradía, aunque ya no quedan trabajadores contratados. En la segunda planta trabajan los nueve empleados de Puertos del Gobierno Vasco.

Una vez rehabilitado, el edificio contará con dos entradas. La del chaflán servirá para uso exclusivo de la Cofradía. Asimismo, se creará otra entrada más centrada, sin alterar la fachada, para uso del Gobierno Vasco. En la planta baja se ubicarán la zona de atención al público, las salas de reuniones y la zona de la Cofradía. En planta primera y segunda se instalarán los trabajadores de puertos del Gobierno Vasco, así como los de Euskal Kirol Portuak (EKP).

“La nueva distribución, que comparte un mismo edificio administrativo para todos los gestores del puerto, permitirá liberar otros espacios para usos más relacionados con las actividades portuarias”, subrayó Ruiz de Angulo.