La decisión de que los perros sigan pudiendo pasear por los parques históricos de Donostia -eso sí atados- deja claro que a los corporativos donostiarras no gustan las restricciones drásticas hacia estos animales. La reciente propuesta del Gobierno de Bildu para limitar el acceso de estos animales a Cristina Enea, Aiete y Miramar, como sucedía hasta hace dos años, no ha sido admitida por la mayoría plenaria, aunque el asunto volverá a la próxima sesión. ¿Quizás tenga algo que ver que los líderes de los cuatro grupos políticos de la capital guipuzcoana son amos de perros? Además, mientras entre la población donostiarra un 7,7% tiene un perro en su hogar, entre los corporativos este índice se acerca al 33%.

El alcalde, Juan Karlos Izagirre, posee una perra llamada Lur, que fue recogida en la Sociedad Protectora. Como reside en una casa con terreno en Igeldo, ofrece las mejores condiciones de vida para un can, ya que el animal no se ve constreñido a vivir en un piso.

Dentro de Bildu, además del alcalde, solo el concejal Axier Jaka tiene un perro, en concreto un border collie, que se llama Leka. Por su parte, la corporativa Nora Galparsoro cuenta en su hogar con la compañía de dos gatos, Kaskarrabias y Plasta Plasta.

Pero el grupo municipal más aficionado a estas mascotas es el PP, que reúne en sus filas a cuatro canes en total. El portavoz de esta formación, Ramón Gómez, posee un bichon maltés llamado Melissa, mientras que la corporativa Icíar Aguilera es la ama de una caniche enana blanco, bautizada como Nala, de la que no se separa más que cuando resulta imprescindible. Pero el más aficionado a estos cuadrúpedos es José Luis Arrúe que, por su parte, tiene dos de estos animales en su hogar: Viggo, un setter inglés, y Lennon, un teckel enano de pelo duro. Este corporativo siempre ha contado con animales y guarda algunas de sus fotos en el despacho. Además, es juez internacional de competiciones caninas y este mismo fin de semana ejercerá esta tarea en Medina de Pomar.

En el grupo nacionalista se contabilizan dos canes. El portavoz, Eneko Goia, disfruta de la compañía de un labrador llamado Ikatz, mientras que su compañero Iñaki Gurrutxaga posee un animal de raza indeterminada apodado Che. Goia recuerda que lleva diez años con su animal en casa y defiende que los ciudadanos lleven los perros atados, igual que destaca Arrúe. "Lo que no puede ser es que se impongan prohibiciones porque algunos actúan mal. Muerto el perro se acabó la rabia, dice el refrán, y no debería ser así", señala el jeltzale.

Los socialistas, por su parte, son los menos aficionados a los perros en el hogar, al menos, según el número de ellos que contabilizan en la actualidad. Solo el portavoz, Ernesto Gasco, es propietario de un can llamado Zara, además de un gato, bautizado como Fidel. Sin embargo, Gasco tuvo años atrás dos pequeños perros, a los que tenía mucho apego e, incluso, llegaron a tener crías en su casa.

Tanto estos corporativos, como los demás, deberán debatir el jueves en el Pleno si se modifican las condiciones de acceso de los perros a los parque históricos, para no asustar a los pavos y evitar el deterioro de los parterres, según la propuesta del Gobierno municipal. Entre prohibir y autorizar, se debatirá la iniciativa intermedia presentada por los populares, que sugiere permitir el paso a los canes, siempre atados, por los caminos principales de paso de estos entornos.