FERNANDO Sasiain Brau, el único alcalde republicano elegido por los donostiarras en 1931, es el protagonista de una publicación, que será presentada mañana a las 19.00 horas en el museo de San Telmo, un espacio cultural que se inauguró como tal durante su mandato. Sasiain, que tuvo el bastón de mando de 1931 a 1934, y de nuevo en 1936, fue eliminado de su cargo y, tras pasar once años en el exilio, regresó a Donostia afectado por una extrema "melancolía". Tras un año internado en Donostia, falleció en un psiquiátrico de Palencia, donde permaneció seis años.
Precisamente, la salud mental de los últimos años de vida de quien fuera regidor de Unión Republicana -además de fundador de Ezquerra Vasca Federal- llevó a los autores de la publicación a investigar en su pasado. Así, el psicólogo Xabier Urmeneta y el psiquiatra Iñaki Markez, ambos miembros de la Asociación de la Salud Mental y apasionados por la historia, comenzaron a indagar en la vida de Fernando Sasiain, "una persona olvidada", según Urmeneta, quien recordó que su "miseria fue ser republicano, ni socialista, ni comunista ni nacionalista". Nadie reivindicó su figura y, ahora, la publicación -sufragada por el Ayuntamiento y la Diputación- quiere recordarlo.
El alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, presentó ayer el libro junto a Urmeneta y volverá a estar presente en el acto público de mañana, donde los invitados serán obsequiados con un ejemplar de la publicación. El volumen está escrito tanto en euskera como en castellano y contiene numerosas fotografías de la época, que ilustran las peculiares circunstancias en las que Sasiain dirigió la capital guipuzcoana.
primer semáforo El pabellón que ha servido para ampliar el museo de San Telmo lleva su nombre así como una calle de Ategorrieta, en la que se encuentran las cocheras de los autobuses. Pero este alcalde también inauguró el edificio de la calle Easo destinado a ser sede de los bomberos y actualmente edificio central de la Guardia Municipal y de las oficinas de Donostia 2016. También recuperó para la ciudad el Palacio de Miramar y persiguió el progreso. Por ejemplo, colocó el primer semáforo de la ciudad, en el cruce de la calle Hernani con la avenida de la Libertad.