Donostia. El hotel María Cristina de Donostia, el único de cinco estrellas de Gipuzkoa, dirá adiós a los clientes el próximo domingo para abordar una profunda reforma que finalizará en julio de 2012, justo cuando se cumpla un siglo de historia del emblemático edificio. Los muebles del histórico establecimiento se almacenarán para una posterior venta.
El director del establecimiento, Michel Nader, anunció ayer los trabajos que arrancarán la próxima semana, se alargarán durante nueve meses y tratarán de mantener el sabor clásico de Belle Époque que ha caracterizado al establecimiento donostiarra desde su apertura en 1912. Según el director, los colores grises, lilas y turquesas, en compañía de los blancos de los azulejos y mármoles de los baños, y un toque más de dorado, dominarán la nueva decoración que será "más femenina, como si fuera la casa de una señora".
No solo los clientes se despedirán para una larga temporada del hotel, también el tradicional mobiliario desaparecerá y, como es propiedad del Ayuntamiento, al igual que el edificio, será guardado en un almacén para estudiar qué hacer con él. Así lo anunció el concejal de Turismo, Josu Ruiz, que aventuró la posibilidad de llevar a cabo un mercadillo con los históricos enseres: 380 camas y más de un centenar de mesillas entre muchos otros objetos, que no retornarán a las habitaciones. Solo algunas piezas únicas de especial interés serán restauradas y mantenidas en el reformado hotel, según confirmó el director, que concretó que prescindirán del 90% de los muebles.
No será este el primer cierre en la historia del hotel, que ya clausuró sus puertas en los años 50 y de 1985 a 1987. A pesar de las reformas parciales abordadas entonces, así como la de las cocinas ejecutada el pasado año, el María Cristina necesita una modernización de todas sus infraestructuras, según explicó su director, que no se libran del envejecimiento. Por tanto, en una primera fase de la obra, serán sustituidas las canalizaciones de agua y electricidad, además de renovar otras infraestructuras como la del agua caliente, y adecuar los accesos y servicios a las personas con movilidad reducida y dificultades sensoriales.
Una segunda fase de los trabajos se dedicará a remozar las viejas fachadas de arenisca y a sustituir los suelos de las terrazas y balcones, deteriorados también por el paso de tiempo.
Finalmente, llegará el turno de la nueva decoración, que seguirá siendo clásica aunque tratará de ser moderna y muy funcional. Los azulejos de los baños, de estilo antiguo, convivirán con las placas originales de mármol veteado, que se mantendrán en algunos de los cuartos de baño.
Por otra parte, la reforma del hotel María Cristina afectará también al restaurante asiático Saigón, que cambiará su decoración y ampliará su carta hacia platos más selectos. También las instalaciones de hidroterapia, que gestiona la empresa Hydra, serán reformadas, aunque aún no está decidido en qué sentido.
ERE DE TRABAJADORES La importante obra será financiada principalmente por la cadena Starwood Hotels, que gestiona el hotel y posee más de 1.100 en todo el mundo. La empresa aportará 16 millones de euros para la ejecución de los trabajos, mientras que el Consistorio renunciará a cobrar el impuesto de construcciones, de cerca de cuatro millones de euros. La inversión total será, pues, de 20 millones de euros. La constructora Amenabar será la encargada de ejecutar los trabajos.
Por otra parte, durante el tiempo en el que permanecerá cerrado el hotel, el centenar de trabajadores que prestan sus servicios en el establecimiento, con excepción de diez de ellos, se verán afectados por un Expediente de Regulación de Empleo (ERE), y retornarán al trabajo en julio próximo. El equipo directivo ocupará una oficina en la cercana calle Camino, desde donde supervisará los trabajos y realizará las reservas.