Donostia. El alcalde de Donostia, Juan Karlos Izagirre, recibió ayer por la tarde a un centenar de miembros de asociaciones relacionadas con la cooperación, los derechos humanos y el deporte en su tercera recepción oficial. Acompañado por cinco de los concejales y delegados de su Gobierno, Izagirre les expuso las líneas básicas que regirán sus políticas en los próximos cuatro años y se ofreció a escucharles y a trabajar con ellos. También respondió a algunas de las preguntas que le plantearon los asistentes al encuentro.

Y es que tras la presentación de Izagirre fueron más de una docena de asistentes los que pidieron la palabra para trasladar al Ayuntamiento desde quejas por el estado de algunos locales municipales en los que trabajan las ONG, hasta reivindicaciones para integrar a los inmigrantes a través del deporte y reclamaciones para que los toros desaparezcan de Donostia antes del 2016. En ese punto, Izagirre reconoció que "el debate está sobre la mesa". Aunque los toros no se incluyen en el programa de Bildu, anunció que de momento respetarán los abonos vigentes.

"heridas" Muchos de los que tomaron la palabra lo hicieron para reclamar que el Ayuntamiento les reciba y les escuche, como una de las representantes del colectivo Etxerat. Izagirre insistió a todas las asociaciones y grupos en que pidan las reuniones y que el Gobierno y él personalmente las aceptarán. En ese sentido, además de a Etxerat se dirigió también a otras asociaciones de víctimas que no respondieron a la invitación a la recepción de ayer y dijo que las puertas del Consistorio están "abiertas para todos". Afirmó que quieren "trabajar con todos" para intentar cerrar las heridas abiertas en las últimas décadas y que éstas "no se cierren en falso".

Izagirre también se refirió al proyecto de la Casa de la Paz promovido por el anterior Gobierno municipal. "Lo hacemos nuestro pero con aportaciones, y queremos que vosotros también aportéis", instó a los asistentes.

El Gobierno escuchó, asimismo, algunas críticas, como las que lanzó un miembro de Eguzki, que les propuso que en reuniones como las de ayer abrieran las ventanas del salón de Plenos para ahorrar electricidad.